Cuando maduras tu definición de amor cambia
El amor no es simplemente que alguien te guste mucho más que los demás, sino un sentimiento diferente. Por ejemplo, cuando alguien te gusta respondes afirmativamente a frases como “es la clase de persona que me gustaría ser”, mientras que cuando amas a alguien te identificas más con frases como “si no pudiera volver a ver a esta persona me sentiría muy infeliz”, o “creo que puedo confiarle a esta persona prácticamente todo”, lo cual indicaría un gran nivel de intimidad emocional con alguien. Por tanto, en el amor se da un fuerte sentimiento de apego hacia la persona amada y un alto grado de intimidad emocional.
En el colegio pensaba que el amor tenía que ver con andar de la mano en los recreos y estar de acuerdo con besarse en la pista de baile de un gimnasio que -desafortunadamente- olía mal.
Pensaba que tenía que ver con llamar a alguien sabiendo que quien contestaría sería un padre sobreprotector. Pensé que era prometer no jugar a la botella para no besar a nadie más, pense que cuando jugaras a las escondidas era esconderte con el para poder estar juntos sin que nadie se entere.
Al crecer un poco, pensé que tenía que ver con prender un par de velas y perder la virginidad en el cuarto de los padres de tu novio. Pensé que se relacionaba con un ramo de rosas y una comida de 5 platos que incluía comida cuyo nombre nadie podía pronunciar correctamente, que debía estar siempre arreglada y bien peinada.
En la universidad, pensaba que el amor no existía, que no valía la pena si quiera de intentar.
Pero hoy en día, con un hijo y una pareja y con una necesidad extrema de tener más horas en el día, me he dado cuenta de cómo es el amor realmente.
El amor verdadero significa hacerle una taza de café a tu amado a las 6 am mientras él o ella se preparan para levantarse. Es ponerle la cantidad justa de crema y azúcar antes de pasárselos y salir por la puerta.
Querer estar dormida a su lado a pesar de que ronque, y que sus ronquidos sean lo mas bonito del mundo.
Es querer ayudarlos a comenzar su día de cualquier forma que puedas.
El amor verdadero tiene que ver con sacar la basura porque él o ella odian hacerlo o lavar los platos porque no soportan hacerlo. Al igual que tu pareja hará cosas por ti.
El amor verdadero es sentarse juntos en el sillón sin tener que decirse nada. Es estar tan cómodos con el otro que no exista la necesidad de llenar el espacio con palabras desesperadas y pensamientos vacíos.
Simplemente estar ahí es suficiente. Sentir su presencia y compartir momentos que parecen insignificantes con el otro es suficiente.
El amor verdadero significa decir ‘te amo’ todos los días y que sea real.
Tiene que ver con intentar cocinar algo nuevo juntos. Es reírse de todos los intentos fallidos y decidir en conjunto qué partes de la receta van a seguir y que partes van a ignorar. Tiene que ver con disfrutar una copa de vino juntos mientras tu revuelves la comida y el va cortando cosas.
El amor verdadero es una tranquila mañana de domingo en pijama. No te asusta usar esa camiseta sucia y a él no le importa estar sólo en calzoncillos.
Sin embargo, conforme pasa el tiempo, puede ir desarrollándose uno de los componentes más importantes del amor: la intimidad. Este sentimiento de intimidad surge más lentamente, conforme se van conociendo y van confiando cada vez más el uno en el otro. De este modo surge una mezcla de intimidad y pasión que recibe el nombre de amor romántico.
Las máscaras no existen, así que pretender que comer alitas de pollo en tu ropa interior mientras ves el partido de tu equipo favorito con tu persona favorita al lado no es el cielo ya no es necesario.
El amor verdadero es sacarle eso que tiene en la nariz o acabar con ese molesto granito que tiene en la espalda.
Tiene que ver con preguntarle si está mejor de su estreñimiento o si ya no tiene gases. El amor verdadero hace que las funciones corporales del otro no les parezcan repulsivas.
El amor de verdad es traerle su snack favorito del supermercado. Probablemente te salgas un poco de tu lista de supermercado cuidadosamente escrita para llevarle una barra de dulces o una botella de vino o esa comida que se hace en el microondas porque a tu media naranja le encantan y se merece comerlos de vez en cuando.
El amor verdadero es encontrar una nota pegada en el espejo del baño deseándote un buen día incluso si tu pareja sabe que estas cansado o cansada. Un par de oraciones pueden hacer que 3 horas de sueño se sientan como 7.
El amor real no lo venden en la florería y no está incluido en el menú de un restaurante. No se encuentra al final de la cuenta de la cena o en la etiqueta de un traje caro. El amor se encuentra en los pequeños momentos del día a día, donde se camufla y se disfraza de comodidad.
El amor es lo que te queda cuando pasan los años y el tiempo cambia las cosas.
Y, definitivamente, el amor existe cuando hay niños, una pareja dedicada y cuando no tienes suficientes horas en el día, siempre tendrán tiempo para ambos.