RINCÓN del TIBET

Cuando la que abandona es la madre…

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Cuando es la madre la que abandona…

Estamos familiarizados con los cuadros en los que en casos de abandono de hogar, es el padre quien lo hace. Sin embargo, hay una realidad que se presenta, asociada a cuando la madre abandona por razones voluntarias.

Evidentemente el rol de una madre en la vida de sus hijos es insustituible y cuando se presenta cualquier tipo de abandono, los efectos se hacen notar durante cada etapa, aun cuando se tengan figuras de respaldo a este rol.

La madre  es quien genera los primeros nexos con el niño, comenzando desde su gestación, integrándolo a un mundo desconocido y haciendo su proceso de adaptación lo menos traumático posible. La madre cobija, calma, alimenta y serena con solo su presencia a su hijo. El niño a medida que crece, en presencia de la madre, logra integrarse a una familia y a una sociedad, llevado por el calor, la atención y el amor, especialmente de su madre.

Veamos algunos de los efectos que se presentan con mayor frecuencia en la vida de una persona que es abandonada por su madre:

  • Desde la gestación una madre puede rechazar a su hijo, teniendo efectos en su desarrollo físico y psíquico.
  • Si la madre no está para amamantar o suplir las necesidades básicas, el infante, que hasta los 4 a 8 meses se siente uno con su madre, sentirá abandono y esto repercutirá en su sano desarrollo.
  • Quien ha estado en presencia de su madre, la cual por motivos voluntarios decide partir, normalmente crece con sentimientos y emociones que le perjudican su vida integral y marcan de manera determinante sus relaciones interpersonales.
  • Los niños sometidos al abandono de la madre, en la adultez, normalmente tienden a irse a los extremos, se aferran a sus afectos o intentan no desarrollar nexos que los comprometan sentimentalmente.
  • Hay tendencia a que el niño abandonado sienta culpa y se sienta poco merecedor de afecto. Lo cual de no corregirse, marcará sus relaciones interpersonales a posterior.
  • Los niños que no cuentan con el afecto y presencia maternal, normalmente crecen con un factor de incertidumbre elevado, por no tener a disposición uno de sus principales pilares psíquicos. Muchas veces tienen muchas inquietudes que no son capaces de expresar o quienes toman la custodia no son capaces de responder, por lo que su mundo se llena de dudas e inestabilidad.
  • Las personas que han pasado por un abandono maternal, tienen inclinación por presentar alta resistencia a los cambios, mientras menos factores existan que los hagan desapegarse de lo conocido, mejor para ellas.

Más allá de las causas del abandono, hemos presentado algunas características comunes que presentan las personas que han sido abandonadas por sus madres. Si estamos en el grupo de quienes tienen contacto con esa persona, procuremos darle mucho amor, evidentemente hay vacíos que no se pueden llenar, sin embargo, el encontrar en otras figuras amor, respaldo y compañía, resultará beneficioso.

Si hemos sido de alguna manera abandonados por nuestra madre o así nos sentimos, entendamos que cada quien hace lo mejor que puede con los recursos que tiene. Esta vida es un milagro y de no haber sido por esa mujer, no estaríamos experimentándolo. Lo más sano que podemos hacer en estos casos es dejar de lado las culpas, los rencores, los vacíos y temores y sustituir esos espacios por amor y gratitud. Eso no solo sanará nuestra relación con esa madre que decidió estar ausente, sino que contribuirá en cada una de las relaciones de las que seamos parte.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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