RINCÓN del TIBET

Crees que no me he dado cuenta de que dejaste de quererme?

Crees que no me he dado cuenta de que dejaste de quererme?

No es necesario que lo digas, solo basta me basta con sentir tu ausencia, verte a mi lado y sentirte lejos, notar como esquivas mis palabras y tu cuerpo no busca el mío, sino más bien otro espacio. No es necesario que me digas que no me quieres, que no me amas, tus ojos, los que una vez sentí que me quemaban con solo mirarme, me lo dicen con esa indiferencia con los que accidentalmente me ven.

Claro que me he dado cuenta, lo veo en tu afán de recordar nuestros tropiezos, en tu afán de no reconocer lo bueno que hemos tenido y lo positivo que he representado para tu vida… Ya no quieres quererme… Pero sencillamente estoy haciendo un poco de tiempo para yo dejar de amarte. No quiero usar tus mismos recursos, no quiero que dejes de importarme, solo quiero que no me duela tanto cuando ya no estés.

Porque sin yo quererlo, has arrancado de mi vida a quien yo tanto amaba y me pusiste en sustitución a alguien que desconozco, que hace lo posible por alejarme, mientras yo desorientada busco en ese desconocido rastros de nuestro amor… Nadie es indispensable, pero como me hubiese gustado un final diferente.

Pues bien, resulta doloroso cuando nos dejan de querer, inclusive cuando nosotros dejamos de querer. Lo más recomendable es detectar los síntomas que nos ayuden a tomar medidas, bien sea ir a la aguerrida batalla de la reconquista del amor o para concluir una relación y un ciclo en nuestras vidas.

Si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Pablo Neruda

Indicativos de que el amor ha cesado en una de las partes:

Indiferencia: La presencia es lo más parecido a la ausencia.

Indolencia: Lo que le ocurre al otro deja de importar

Necesidad de tiempo distanciado: Se prefiere pasar más tiempo a solas o con otra compañía

Escasas muestras de afecto: Desde un “buenos días”, hasta un beso antes de dormir, irán desapareciendo.

Pérdida de intimidad: Los momentos de intimidad, incluyendo las relaciones sexuales se irán distanciando.

Predisposición a la discusión: Cualquier simple detalle puede detonar una pelea o acalorada discusión en cualquier momento.

Evadir recuerdos: Cualquier elemento que traiga a la mente momentos mejores de la relación, será descartado.

Rechazo: Se cerrarán las vías de comunicación e interacción y no se darán nuevas oportunidades.

Esto no es más que un recordatorio de que algo puede estar ocurriendo y no  debemos dejarlo pasar. A fin de cuentas, para llegar a dejar de amar o que alguien nos deje de amar, tuvimos que afortunadamente amar o ser amados (esto ya es ganancia). Y cuando estos sentimientos mueren, se nota! Así como el amor se respira en el ambiente, el desamor también. Nacimos para amar y ser amados! No nos conformemos con menos! Escucha a tu corazón, sigue tu intuición y procurando el mayor bien en la situación: toma la mejor decisión.

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