RINCÓN del TIBET

Consejos que debes dar a tus hijos si quieres verlos felices

Consejos que debes dar a tus hijos si quieres verlos felices

Dicen que la primera obligación hacia nuestros hijos es hacerlos felices. Espero hijo, haber cumplido con este maravilloso mandato contigo. Edgardo Chas

 

Todos los padres estamos dispuestos a dar todo de cada uno de nosotros por la felicidad de nuestros hijos, los abarrotamos de consejos diariamente, de orientaciones y guías con la esperanza sutil de que sigan alguno de ellos,  y quizás entre este tumulto de amor podemos pasar algunos consejos por alto, aquí algunos consejos de Jackson Brown, que resulta ser un padre común y corriente que quiso compartir con sus seres más preciados y sus amigos, los consejos que un día le dio a su hijo cuando iba al universidad, pues resultó ser una visión muy provechosa y terminó siendo un best seller con millones de ejemplares editados y traducidos a varios idiomas, aquí lo compartimos con ustedes.

  • Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.
  • Ten un buen equipo de música.
  • Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.
  • Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.
  • Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.
  • Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.
  • Conduce automóviles que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.
  • Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
  • No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.
  • Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).
  • Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.
  • Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.
  • Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
  • Haz lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
  • Encomienda tus tareas y decisiones diariamente al Espíritu Santo.
  • Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.
  • Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.
  • Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.
  • Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.
  • No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
  • Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir).
  • Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.
  • Confía en Dios, pero cierra tu automóvil con llave.
  • Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también ‘el gran riesgo.
  • Nunca confundas riqueza con éxito.
  • No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.
  • No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices.
  • Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.
  • Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.
  • Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.
  • No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
  • No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
  • Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.
  • No confundas comfort con felicidad.
  • Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.
  • Escucha el doble de lo que hablas (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca).
  • Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.
  • Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.
  • El amigo que nunca falla es Jesús. Confía siempre en Él y rézale todos los días.
  • Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
  • Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.
  • Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
  • La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo… simplemente disfruta al máximo de todo lo que Dios pone en su camino.

Finalmente podemos agregar, que si bien no es nuestro deber rescatar a nuestros hijos de todo lo que deben enfrentar en el camino que escojan para recorrer su existencia, sí podemos siempre darles el sabio consejo que sólo la experiencia lo hace consciencia; contribuye a la felicidad de tu hijo y ofrécele siempre una palabra de aliento desde tu corazón, ellos la recordarán en el momento indicado en el que la necesiten.

 

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