Cada ladrón juzga por su condición
Ciertamente todos tenemos puntos de vista particulares, que vamos desarrollando a lo largo de nuestras vidas, cada quien juzga la vida de acuerdo a su realidad, de acuerdo a sus creencias, crianzas, experiencias y de esta forma juzga a quienes le rodean.
Todos tenemos expectativas diferentes y de manera particular, siempre esperamos que el otro reaccione como nosotros lo haríamos ante una determinada situación. Luego nos identificaremos o rechazaremos las acciones de cada quien dependiendo del grado de similitud o diferencia que presente de acuerdo a nuestros parámetros.
Si somos personas capaces de aceptar que cada quien tiene una manera diferente a la nuestra y que esto no tiene que ser correcto o incorrecto, seremos más nobles juzgando, haciendo críticas o aconsejando a los demás.
Cuando somos un tanto arrogantes y nos creemos dueños de la razón, fácil se nos hará emitir juicios, desmeritar a los demás o asumir resultados de acuerdo a lo que se nos cruza por nuestra mente.
Cuando poseemos una característica, bien sea una cualidad o un defecto, tendremos a verlo reflejado en el otro, si somos honestos, esperaremos honestidad en el otro, si somos mentirosos, desconfiaremos de la palabra de quien nos habla, si somos infieles seremos muy desconfiados y celosos, si somos agresivos, veremos siempre ofensas aunque no las haya. Juzgamos siempre a partir de nuestras condiciones de base.
Debemos desarrollar la tolerancia y la aceptación y evitar emitir juicios basados en cómo actuaríamos nosotros. Cada persona es diferente y debemos evitar encasillar a las personas por nuestros criterios, no veamos las cosas como creemos que son, como quisiéramos que fuesen, intentemos verlas como realmente son, sin agregarle, ni quitarle, sin etiquetas, sin prejuicios, sin predisposiciones.
Que no nos sorprenda que alguien no actúe como nosotros lo haríamos, esto es muy frecuente y proviene del libre albedrío, esto no nos tiene que hacer sentir culpables, ni superiores, ni inferiores, esto solo nos indica que cada quien tiene la oportunidad de vivir su vida y que no lo haga de acuerdo a nuestros parámetros, no significa que no esté bien.
Si dejamos de pensar por los demás y nos limitamos a pensar por nosotros mismos, probablemente nos alejaríamos de la frustración y tendríamos más tiempo y energía para hacer de nuestra vida algo mejor, algo más interesante. Que cada quien haga lo mejor que pueda con los recursos que tiene, sin la carga adicional del juicio ajeno.