RINCÓN del TIBET

Así como te tratan es como te quieren

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Así como te tratan es como te quieren

Más allá de la personalidad,  de la educación y de las condiciones de interacción  a través de las cuales la gente normalmente se relaciona, cuando hablamos de vínculos afectivos, el como te tratan es un reflejo de la calidad de los sentimientos que damos y recibimos.

Quien nos quiere bien, no nos maltratará. Es totalmente contradictoria la creencia de que quien te hace llorar es quien te ama, quien nos hace llorar, con lágrimas de dolor, de decepción, de frustración y no de alegría, de éxtasis, de regocijo, no nos está tratando de una manera que valga la pena tolerar.

Evidentemente el que nos traten mal y nosotros lo permitamos, nos invita a hacer un cuestionamiento personal, más allá de quien nos hace sentir incómodos con su trato. Una autoestima sana nos permite establecer límites de tolerancia que nos protegen, que nos alejan de personas que ofrecen maneras inadecuadas de querer y nos permiten vibrar con quienes sí estarían dispuestos a respetarnos y ofrecernos un cariño de calidad, que se refleje en tratos, acciones y omisiones.

Así que lo primero que debemos hacer es revisar el como nos estamos tratando  a nosotros mismos, así como que ofrecemos a los demás. Muchas veces resulta que lo que nos hiere de como nos esta tratando alguien, es justo lo que nosotros solemos ofrecer, si bien no a esa persona, a alguna otra. Si nos queremos bien, vamos a poder ofrecer un trato acorde a lo que esperamos recibir y no permitiremos que venga nadie a depositar en nosotros nada que no nos aporte bienestar, calidez, afecto, respeto.

Ciertamente hay momentos de momentos, sin ánimos de justificar maltratos, pues no debemos ser inflexibles al momento de clasificar el trato que damos y que recibimos, hay momentos de rabia, en donde lo que aflora no es lo que más nos enorgullece, hay momentos de tristeza en los cuales reflejamos vulnerabilidad, hay momentos de euforia que nos pueden hacer prometer muchas cosas, en fin… nuestras emociones juegan un papel importante en lo que expresamos y cómo lo hacemos.

Más allá de los momentos en los que las emociones toman protagonismo, está el como te tratan en general ¿qué es lo que predomina? Es un trato cariñoso, justo, amable, que nos hace sentir bien o por el contrario es un trato humillante, seco, distante, agresivo, hiriente… Si predomina el maltrato es necesario revisar las posibles causas y entender que eso es una muestra de lo que esa persona o nosotros mismos tenemos para dar en términos de afecto.

Para cerrar dejamos esta reflexión de  Arturo Uslar Pietri:

«La palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán, terminará por pensar como un patán y por obrar como un patán.

Hay una estrecha e indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces. Es la palabra lo que crea el clima del pensamiento y las condiciones de la acción».

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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