RINCÓN del TIBET

Aprende a reconocer quiénes en tu vida merecen lo mejor de ti

Aprende a reconocer quiénes en tu vida merecen lo mejor de ti

Por nuestra vida pasan un gran número de personas a lo largo de ellas, muchas veces repartimos de forma injusta y desequilibrada nuestra atención, nuestro afecto, nuestro tiempo e invertimos en las personas equivocadas muchas veces lo mejor de nosotros.

Muchas veces las personas que merecen lo mejor de nosotros son aquellas que damos por sentado, de las que asumimos estarán allí, en el momento justo, en el lugar indicado, porque sabemos que nos aman, porque tiene un vínculo irrompible con nosotros o porque así lo han demostrado a lo largo de nuestras vidas, sin embargo a estas personas por sentirlas “tan nuestras” podemos obviarlas o restarles importancia por su carácter presente de forma tácita.

Aprender a reconocer a las personas que merecen lo mejor de nosotros es una tarea que requiere hacerse de forma temprana, para de esta forma poder valorar, darle el debido reconocimiento y ofrecerles un lugar especial en nuestra vida práctica.

Las personas que merecen lo mejor de nosotros son aquellas que nos hacen sentirnos bien, aquellas que realizan esfuerzos por sacarnos una sonrisa, que nos cuidan durante un período de convalecencia, que nos sacan de situaciones de penas o por lo menos nos acompañan durante esos tránsitos.

Evidentemente hay un grupo de personas que independientemente de lo que hagan, den o dejen de dar, nosotros debemos esforzarnos en hacer sus mundos más bonitos, podemos incluir en este grupo a nuestros padres, hijos, ciertos amigos, etc. Y en general a ciencia cierta todas las personas que interactúan con nosotros  deberían poder recibir de nosotros lo mejor, lamentablemente no es así en la realidad.

Muchas veces queremos complacer a personas que les importamos poco, nos desvivimos tratando de adaptarnos a una forma de ser para agradarle a alguien, nos arreglamos y nos vestimos pensando en alguien que quizás no tiene un interés real en nosotros, invertimos nuestros recursos de tiempo, dinero, afectos y energía en las personas que menos dispuestos están para nosotros, que no están cuando las necesitamos y que solo nos buscan cuando nos necesitan, de quienes no recibimos nada, o peor aún de quienes recibimos reacciones de desinterés, de desamor y desatención.

Es cierto que debemos hacer bien sin mirar a quién y sin esperar nada de vuelta, pero una de las cosas más agradables es recibir afecto de la persona a quien le damos afecto, por eso de forma especial valora a quien te valore, cuida a quien te cuide, ama a quien te ame y da lo mejor de ti a las personas que realmente lo merecen. Tú sabes quiénes son, no esperes que la vida pase para darles el lugar que les corresponde.

Ama a quien no te ama, responde a quien no te llama, andarás carrera vana. ― Proverbio

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