RINCÓN del TIBET

Amo las personas que no juzgan y escuchan con el corazón

Amo las personas que no juzgan y escuchan con el corazón

Somos especialistas en juzgar, en comparar, en decir qué es correcto e incorrecto, muchas veces sin ni siquiera  tratar de entender qué es lo que se esconde dentro de cada persona con la que interactuamos, nos limitamos a evaluar conductas, a escuchar palabras, a mirar sin ver y nos hacemos incapaces de entender el lenguaje del alma.

Cuando utilizamos nuestro corazón para recibir los mensajes de otra persona, cuando de forma empática y compasiva le damos a cada quien la posibilidad de ser, prestándole atención más allá de nuestros sentidos, se hace más sencillo entender una mirada, detectar los miedos ocultos, las inseguridades, las heridas que han convertido a una persona desconfiada o que la han hecho colocarse esa coraza… con el corazón identificamos la esencia del otro.

Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.

El Principito

 

Cuando escuchamos desde el corazón, podemos realmente conocer la esencia de alguien, y no se trata de justificar lo que puede o no gustarnos, se trata sencillamente de no juzgar y de aceptar que cada quien lleva a cuestas una realidad, lleva consigo una experiencia, que cada quien tiene un propósito identificado o no, se trata de entender desde la humildad, que todos hacemos lo mejor posible con los recursos que tenemos y que así como nosotros cometemos errores, nos equivocamos, los enmendamos y seguimos adelantes, todos andan en su lucha personal.

En sencillo opinar sin haber recorrido el camino de otro, viendo desde un palco la película de alguien, como buenos críticos. Lo complicado es apartar esa idea errónea de que somos dueños de la verdad y que si tenemos algún criterio para realizar las cosas, es porque muy probablemente no exista otra manera de hacerlas.

La vida no es blanca o negra, hay miles de matices, nada es bueno o malo, es limitado, si no hablamos de una ciencia específica decir que algo es correcto o incorrecto, porque solo lo estamos viendo desde nuestro corto alcance, con nuestros recursos, con nuestras experiencias. Y no abrir la posibilidad a que cada quien tiene un cristal diferente con el que ve la vida y sus opciones, y que puede tener sus mecanismos de actuación, resulta sin duda arrogante.

Aceptar a las personas como son, ver más allá de lo evidente, aprender en el proceso, nos va a permitir ser seres más flexibles, que se adapten para comprender situaciones, para ayudar en lo que sea posible, para entender cuando las cosas resultan diferentes en lo que a alguien que comparte con nosotros se refiere. Escucha con el corazón y apasiónate con todo lo que desde él puedes percibir.

 

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