RINCÓN del TIBET

¡Al fin puedo vivir sin ti!

¡Al fin puedo vivir sin ti!

“No puedo vivir sin ti”,”Si me dejas me moriré”. Pocas frases pueden llegar a ser más peligrosas en una relación de pareja, pocos comportamientos llegan a ser más destructivos que todos aquellos encaminados a construir una dependencia emocional absoluta, donde no hay espacios, y donde poco a poco, nos convertimos, en seres completamente vulnerables.

Lo sabemos, en ocasión el amor nos desborda y nos domina. No vemos los límites y nos dejamos llevar en ese torrente de sentimientos donde focalizamos todo nuestro mundo en la otra persona, dejándonos a nosotros mismos en un segundo plano.

Si has vivido esta experiencia en alguna ocasión, sabrás sin duda el sufrimiento que pude ocasionar por ejemplo el vernos de pronto abandonados/as, o traicionados, alejados de esa persona sobre la cual, habíamos “tejido” meticulosamente todo nuestro ser. Nos quedamos vacíos, perdidos de pronto.

¿Cómo afrontar de nuevo la vida sin esa “otra mitad”?  Cortar ese cordón umbilical nunca es fácil, de ahí que debamos aprender a trabajar desde un principio nuestra independencia emocional en la medida de lo posible, manteniendo siempre un equilibrio saludable.

Superar una ruptura nunca es fácil, y más si hemos sido completamente dependientes. No obstante, con el tiempo y con un adecuado abordaje personal, llegará ese día en que “dejemos ir“, en que liberemos peso y podamos decir aquello de: ¡Al fin puedo vivir sin ti! 

El trastorno de personalidad por dependencia

Para comprender hasta qué punto puede llegar la dimensión de la dependencia emocional en la pareja, queremos hablarte del trastorno de personalidad por dependencia. Se trata de un punto muy extremo en el que podemos caer si no establecemos unos límites adecuados donde nuestra autoestima, nuestros valores y nuestro autoconcepto, estén siempre bien protegidos.

A día de hoy, son muchas las personas que acaban cayendo en este tipo de comportamientos de anulación absoluta, donde, lejos de reconocer la realidad que están viviendo, se niegan a menudo a recibir ayuda o incluso a escuchar a familiares o amigos. Hasta que es demasiado tarde y acaban cayendo en una depresión.

Conozcamos entonces las principales características de esas personas que, lejos de desarrollar una adecuada independencia emocional, se dejan llevar por estos comportamientos:

Dejan que su pareja decida por ellos.

Centran toda su existencia en su pareja sentimental, dejando a un lado otras relaciones sociales e incluso familiares.

Son complacientes, evitan contradecir cualquier idea o palabra para no sufrir el rechazo o la crítica.

Confían más en las capacidades de la pareja antes que en las suyas propias.

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