Características de niños perfectamente normales
Llama la atención cómo como padres pretendemos que nuestros hijos tengan muchas veces conductas y reacciones asociadas a una madurez emocional, que la mayoría de las veces ni siquiera nosotros tenemos como adultos. Los niños, son personitas en desarrollo, en proceso de aprendizaje, con herramientas limitadas de manejo de emociones y por si fuese poco, altamente influenciables por el entorno en el cual se desenvuelven. Dejemos de juzgar a los pequeños y sirvamos de compañía en esa hermosa etapa que representa la infancia, con el principal objetivo de que sean niños y adultos felices, que no tengan que superar traumas de sus infancias, ni que no encuentren cómo salirse de rígidos patrones.
- Es normal que un niño no quiera compartir sus juguetes: más si son sus preferidos, no se debe forzar el tema “hay que compartir”, sino ir fomentando con diversas acciones el que se sienta a gusto y seguro con el desprendimiento de sus bienes preciados.
- Es normal que un niño prefiera dormir con sus padres: Yo no sé ustedes, pero en lo particular, inclusive de adulta, prefiero dormir acompañada, lo que pasa es que no lo digo con frecuencia, pero muy probablemente de tener mis padres disponibles en casa, me pasara a su cama y dormiría quizás más apretadita, pero seguro que con una sensación de seguridad realmente confortable.
- Es normal que un niño cuando está molesto pegue, muerda y arañe: Especialmente hasta los 4 años serán reacciones normales (no deseadas), que tendrá el niño por escasas herramientas para manejar sus emociones, la incapacidad de identificar lo que le ocurre y su lenguaje verbal aun limitado. Ante estos casos es recomendable no contagiarse con gritos y actitudes agresivas, sino por el contrario mostrar empatía y hacerle ver que entendemos la causa de su disgusto y que existen otras maneras de comunicarlo.
- Es normal que el niño no quiera abrazar o besar a personas que no son de su confianza: inclusive se debe respetar que los niños no quieran tener demostraciones de afecto con miembros cercanos de su entorno, pero con mayor justificación a personas con las que no está familiarizado. No forzarlo a dar besos y abrazos es darle una pequeña garantía de que puede decir no en relación a su cuerpo.
- Es normal que los niños sientan celos: especialmente cuando ven sus afectos amenazados, ellos desean toda la atención y el cariño para ellos y sentirse desplazados o forzados a compartir lo que hasta el momento ha recibido, le hace sentir incomodidad.
- Es normal que un niño brinque, salte y corra: además de normal, es síntoma de salud, los niños son vitalidad en su máxima expresión y su energía, muy superior a la nuestra se manifiesta a través de sus movimientos.
- Es normal que tenga demostraciones artísticas: si pegaron mi pequeño dibujo en la nevera, si hago un mural en esta pared recién pintada de la sala, mis papis estarán muy felices y orgullosos… Ups, contradicción: doy poco –› soy amado y aceptado, doy mucho –› soy rechazado. Así que hay que cuidar muy bien las reacciones como adultos y ver desde la mirada de los pequeños.
- Es normal que se despierte durante la noche: muchos no lo hacen desde muy bebés, pero algunos niños pueden despertarse y llamar a sus padres en el medio de la noche solo para sentir un rato su presencia o comprobar que su llamado será atendido.
- Es normal que no quiera colaborar con quehaceres: para él su única responsabilidad es jugar, es muy importante que desde pequeños entiendan que la colaboración es importante y una base para la diversión, por eso es recomendable que a través de los juegos e inclusive los cuentos, les enseñemos a poner un granito de arena para que las cosas encajen mejor y tengamos siempre el mejor ambiente para el disfrute.
- Es normal que no quiera comer algunas cosas: las sopas, vegetales y ensaladas, son todo un reto al momento de alimentarles, si los acostumbramos desde muy chiquiticos, quizás no tengamos tantos problemas. Es recomendable hacer una presentación divertida de la comida, algunos jueguitos o sencillamente buscar algún sustituto alimenticio. No da buenos resultados el forzarlo a comer y no probaría el dejarlo sin comer hasta que esté dispuesto a ingerir aquello que no le apetece, al menos no a tempranas edades.
Si detallamos cada uno de los puntos que pueden generar conflictos en la edad temprana, podríamos sentirnos identificados, pero con la diferencia es que algunos de nosotros, en algunos de esos puntos, tenemos un mejor manejo emocional y mayores herramientas para realizar planteamientos, decir no o tolerar la frustración. No seamos duros con personitas que dependen de nosotros y solo están aprendiendo, donde lo único que quieren en nuestro amor y aprobación.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet