Cuentos Tibetanos. – “Conocer a Buda”
Había un joven monje que queria conocer a Buda y ser discípulo suyo. Había escuchado que estaba predicando en un pueblo y se dirigia hacia allí. Por el camino se encontró a un anciano que acarreaba una gran carga de leña y decidió desviarse un poco para ayudarlo y acompañarlo a casa. Cuando al fin llegó al pueblo, Buda se habia marchado.
Preguntando de pueblo en pueblo averiguó a donde habia ido y se puso en marcha, pero por el camino encontró una mujer que habia caído al rio y se ahogaba. Se tiró a salvarla, encendió un fuego para calentarla y se quedó con ella hasta que se repuso. Cuando finalmente llegó al pueblo, Buda ya no estaba.
Pasaron muchos años y el monje nunca consiguió encontrar a Buda, siempre llegaba tarde. Un dia supo que se encontraba en el pueblo de al lado, pero que estaba muy enfermo y no viviría hasta el amanecer. Decidió que esta vez si conseguiria conocerlo, nada le podria detener.
Mientras cruzaba el bosque encontró un ciervo, herido por la flecha de un cazador. El monje dudó si debia seguir su camino, pero no podia abandonar al ciervo moribundo. Le curó sus heridas, lo tapó con su manta y lo cuidó toda la noche. Al amanecer, el monje se sintió triste y pensó “he perdido mi última oportunidad, nunca podré conocer a Buda porque ha muerto”. Entonces el ciervo se pusó de pie y le dijo:
-”Mientras quede en el mundo gente con tanta compasión como tu, Buda no morirá. No necesitabas conocerme porque siempre me llevaste en el corazón. “