Señales de que te encuentras en una relación tóxica
Una relación tóxica puede darse prácticamente en cualquier tipo de vínculo bien sea laboral, de pareja, familiar o inclusive entre amigos, por el papel protagónico que tenga el rol puede afectar en mayor o menor medida a quienes forman parte de la dinámica.
Las relaciones tóxicas presentan como patrón común la insatisfacción y el sufrimiento de una o ambas partes que se encuentran vinculadas, cuando una relación roba nuestra alegría y coloca en sustitución el desgaste, la tristeza, las ganas de salir corriendo, entre otras cosas, muy probablemente estemos ante una relación que fácilmente podemos llamar tóxica.
Cuáles son las señales más claras de estar en una relación tóxica?
Predominan los malos momentos: Cuando una relación se carga de dinámicas negativas, cuando lo que resalta es lo negativo y se dejan de vivir o de apreciar los buenos momentos, es un indicio de que la relación es tóxica.
Existe una guerra de poderes: Las personas en una relación tóxica tienden a establecer una guerra de poderes, quién puede más, quién es más tóxico, quién ofende más, quién llora más, en fin existe una competencia constante para medir quién, en definitiva, es capaz de aportar mayor contenido negativo a la relación.
Se manifiesta una necesidad de control: En una o ambas partes prevalecen una serie de acciones que colocan en evidencia la necesidad que se tiene de tener el control. En este sentido existe una necesidad incesante de interferir en todos los procesos de la relación o de la otra persona.
Se busca la dependencia por parte de la otra persona: Vinculado a la necesidad de control una de las partes procurará la dependencia de la otra en cualquiera de los aspectos: bien sea económicos, emocionales, sociales, logísticos, a fines de establecer los límites que considere convenientes.
Sensación de atrapamiento: Es común en las relaciones tóxicas que se presente, normalmente para una de las partes, la sensación de no poder salir de la relación, de sentirse atrapado y de no encontrar las vías para mejorar, evitar o dejar la relación.
El drama es un condimento que no puede faltar: Cualquier situación que se viva a través de una relación tóxica, deberá estar cargado de suficiente drama, que agrave y le de otra dimensión a cualquier detalle, ocasionando así los mayores males posibles.
Inconformidad: Es frecuente el estado de malestar, de desánimo, de falta de estímulo y sobre todo un espíritu apagado por una relación que a través del maltrato, del abuso, de los celos, del control se ha puesto de manifiesto.
Se supone que determinar si vivimos o no una relación tóxica, debería ser una labor sencilla, sin embargo, en muchos casos la desesperación o el sufrimiento no permite que evaluemos o analicemos mucho y a veces solo sentimos dolor sin poder titular mucho. Con frecuencia ocurre que el rescate se produce por personas externas a la relación que pueden hacer un llamado de atención desde su visión, tratando de poner en condición de alerta a alguna de las partes.
Puede ser que todos tengamos rasgos tóxicos en nuestra personalidad, sin embargo, esto no nos obliga a llevar relaciones tóxicas. Ningún tipo de relación se da por casualidad, cuando hay un abusador, hay una contraparte que permite el abuso.
Quienes establecen un determinado vínculo están siendo corresponsables de sus dinámicas. Si te encuentras en una relación tóxica sería oportuno una revisión personal que te permita esclarecer por qué te estás vinculando de una forma determinada con alguien más y tomar las medidas necesarias para cambiar la situación, bien sea alejándote de la relación, estableciendo nuevas condiciones, replanteándote o bien buscando un especialista que pueda ayudarte a canalizar la situación.
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