¿Prisionero de la tecnología o liberado por ella?
¿Cuántas personas ves diariamente con audífonos? ¿Cuántas personas disfrutan de las bondades de un libro?... Detente a observar tu entorno y te darás cuenta de la cantidad de personas absortas por la tecnología con sus celulares, iPods y audífonos.
Llama mucho la atención, ver cómo la sociedad hoy día está sumergida y envuelta en la tecnología, desconectada, aislada casi, y vale preguntarse si esa situación nos coloca en la necesidad de reflexionar sobre el hecho de si somos libres o prisioneros, si vivimos en la realidad o en la ilusión y en que plano se ubicaría cada cosa.
El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo. Friedrich Nietzsche
Es sorprendente subir a un transporte público y darse cuenta de que la mayoría de las personas, están completamente desconectadas de su entorno, inmersas en una vida individual que nos aísla, que nos limita y que nos va alejando cada vez más de las personas, de cierta manera la tecnología acerca, pero de otra forma más sutil de su capaz de aislarnos terriblemente.
Los libros, las conversaciones con otras personas, la capacidad de observación y los encuentros pasajeros han mermado, todos caminan por las calles con audífonos, con aparatos tan avanzados que causan asombro y curiosidad, a su vez con la mente inmersa en lo que sea que estén escuchando.
Es preciso prestarse a los otros, pero no darse sino a uno mismo. Michel de Montaigne
Las generaciones han cambiado, las maneras de comunicarnos han variado, evolucionan, estamos obligados a llevar un ritmo con la sociedad actual, a relacionarnos desde otros espacios y por otros medios, el entretenimiento es parte de ese avance y progreso social, pero ¿a que costo?..
Con demasiada frecuencia algunos hombres sacrifican el ser al ser distintos. Julián Marías
Cabe reflexionar sobre el hecho de si realmente vivir aislados nos hace seres libres o prisioneros de nuestra propia idea de vida, viajamos con nuestra mente y nos sumergimos en las historias que nos llevan y nos trasladan, forjando una barrera entre la realidad y la individualidad.
Por: Marvi Martínez