Para quien decide terminar, no es menos dolorosa la ruptura
Tenemos la creencia de que quien decide terminar, es quien se siente en una posición más cómoda para manejar una separación, hablando específicamente de relaciones de pareja. Sin embargo, resulta por lo menos justo, entender que el peso de las consecuencias se las lleva quien decide dar ese paso determinante.
Más allá de los detonantes de una separación, debemos tomar en consideración que nadie en su sano juicio inicia una relación pensando en acabarla y por más escasas que sean las expectativas, éstas existen y en función de ellas nuestra mente se proyecta al futuro, entrelazando nuestra vida a la de alguien más.
Para quien decide terminar, el amor no muere de la noche a la mañana.
A veces nos sorprendemos cuando una separación nos toma desprevenidos, pero en estos casos de seguro no hemos estado prestando suficiente atención a lo que está ocurriendo. Una relación se va apagando, a veces de manera más fugaz que otras, con acciones que generan una gran decepción y otras veces de manera lenta, pero sostenida.
Las mentiras, los engaños, la rutina, el control, la necesidad de reafirmarse a través de otros, la falta de detalles, la falta de intimidad, van abriendo distancia entre dos personas que se aman y muchas veces damos el afecto por sentado y asumimos que como nos aman, estarán a nuestro lado sin mayor condición.
Mientras una parte puede pensar eso, la otra está tratando de encontrar maneras de generar cambios, intenta reavivar la relación, intenta entretenerse fuera, mientras que evalúa cómo se siente mejor y qué está a su alcance lograr en relación al otro.
Quien decide terminar siente su vida afectada por la acción u omisión del otro, buscará todas las alternativas que sus recursos le den y muchas veces no hallarán una solución diferente a la separación. Pero aun siendo propia la decisión, algo se quebrará en su interior. Sentirá frustración por no haber podido proseguir con un proyecto que involucraba a alguien más, sentirá decepción por el tiempo invertido, sentirá miedo de enfrentarse a la soledad o de reiniciar con alguien más y tendrá el adicional de llevar sobre sus hombros la responsabilidad de una separación.
Muchas veces cuando hay amor, pero la relación se hace insostenible, por eso hay personas que deciden terminar, ya que escogen entre el amor hacia alguien y el amor propio. Se hace difícil de aceptar que existiendo tanto amor, no se pueda construir sobre él lo necesario. Pero cada quien tiene una manera de amar y algunas de ellas no llevan acompañantes esenciales, como la lealtad, como el compromiso, como la disposición, como el respeto… Y ahí en medio de un sinfín de cosas, el amor se hace insuficiente para aguantarlo todo y simplemente se ve derrotado por todo lo que no fue capaz de sostener.
Quien decide terminar una relación, decide seguir adelante… Con el peso de la última palabra y con el corazón roto, pero apostando que conseguirá a alguien mejor en su futuro
decide terminar Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet