Muchas veces no es dolor de la decepción, sino las veces que le creíste incapaz de hacerte daño
Y así somos los humanos, románticos, incrédulos y capaces de no ver las capacidades de otros, más aún cuando se trata de hacernos daños, de defraudar nos y de fracturar lo que le entregamos, sea cual sea el caso, la decepción parte del hecho de ser incapaces de pensar que otra persona pueda actuar de tal o cual manera, entonces simplemente ocurre y la sorpresa hace estragos.
Cosas de la vida, ahora nos cuesta saludarnos, cuando lo que antes nos costaba era despedirnos. Anónimo
No es fácil pasar por la decepción, porque además si lo reflexionamos, nos daremos cuenta que si realmente nos sentimos ofendidos por la acción, hay un sentimiento serio, válido, merecedor de respeto que probablemente la otra persona no valoró, o también se dan casos, en los que más bien hay un estado de negación y de confianza exagerada hacia la otra persona.
La decepción no siempre la culpa o responsabilidad es de quién decepciona, sino que la persona afectada no logro ver más allá de sus sentimientos, porque la persona que decepciona suele dar indicios, en la mayoría de los casos en torno a sus acciones respecto a otros, pero nos sentimos demasiado especiales para que nos llegue el turno.
Cuando aprendáis a aceptar en lugar de esperar, tendréis menos decepciones. Robert Fisher
Lo importante en estos casos, en principio es entender que las decepciones parten de las expectativas que nos hacemos del otro, de lo que nuestra mente supone, organiza y crea respecto a la relación que tenemos con esa persona, en la cual nos sentimos seguros y particularmente correspondidos y es allí donde comenzamos a pensar por el otro, una muy marcada costumbre en el ser humano y una de las principales causas de sufrimiento.
Es entonces la expectativa y la confianza, lo que abre la puerta a la decepción, jamás creímos que fuera capaz…incluso la negación sale a la luz y los recuerdos, señales, cabos o indicios de que eso podía pasar, mágicamente se hacen presentes, por doloroso que sea, a las situaciones y a las personas, siempre es mejor darles el beneficio de la duda, pensar que no debemos esperar que todos actúen de la manera en la que quizás nosotros lo haríamos, o como nos parece debería ser.
El amor es la única decepción programada, la única desgracia previsible que deseamos repetir. Frédéric Beigbeder
Cada persona es un universo de ideas, emociones, sensaciones y sentimientos, no podemos esperar que sean capaces o incapaces, cada quien tiene las razones que motivan sus acciones, buenas o malas, no nos corresponde juzgarlos, pero pretender que quien nos ama jamás nos lastime es una gran ilusión, porque estamos pretendiendo predecir constantemente a los demás, aún y cuando no llegamos a ser ni capaces de predecirnos a nosotros mismos.
Aprender a lidiar con la decepción puede llegar a ser agotador, especialmente cuando continuamos con la costumbre de hacernos expectativas. Está bien confiar, es parte de la vida, pero no vivas esperando nada, transforma lo que puedas y acepta lo que no.