Luego de dejar ir al amor de tu vida, dejar ir a otra persona resulta muy sencillo
Cuando tenemos un gran amor, uno con el que descubrimos nuestras capacidades, nuestros límites y lo bien que nos sentimos al lado de alguien y tenemos, por las razones que fuesen, dejarlo ir, o bien marcharnos, podemos comenzar una búsqueda constante en donde nadie llene nuestras expectativas y donde desprendernos de cualquier situación resulte sumamente sencillo.
Con este tipo de actitudes debemos ser sumamente cautelosos, ya que podremos situarnos en una posición donde nadie satisfaga realmente lo que queremos, podemos caer en una eterna búsqueda no tanto de una persona igual o parecida, sino de lo que nosotros fuimos y sentimos junto a esa persona.
Cuando buscamos pedir a la carta lo que queremos que sea nuestro amor o nuestra relación, nos perdemos de todo un universo de posibilidades que pasan constantemente delante de nuestras narices y podemos volvernos unos insatisfechos en el amor.
Debemos tener claro que todas las personas que se cruzan en nuestras vidas, lo hacen por una razón, de cada una de ellas aprendemos algo, con cada una de ellas sentimos algo, y esto será irrepetible… Además tener en cuenta que nosotros no somos los mismos de ayer, nuestros intereses cambien, nuestro cristal a través del cual vemos y evaluamos nuestras circunstancias, cambia y nunca sentiremos por otra persona lo que en su momento sentimos por el que podríamos llamar el amor de nuestras vidas.
El amor no se trata de una competencia a ver qué persona despierta en mí tales o cuales sentimientos, con quién me siento más apasionad@, o quién me desvela más. El amor debemos construirlo, paso a paso, una vez tenemos a nuestro lado una persona que podría ser un compañero de vida, debemos esforzarnos en construir el amor y la relación que queremos, debemos dar de nosotros lo mejor, esperando recibir lo mejor, el que piensas que es el amor de tu vida, si no está contigo en este momento es sencillamente porque probablemente no lo era.
Así que no te cierres las puertas, no descartes las posibilidades por pequeños detalles, sé paciente, sé tolerante, date la oportunidad de cultivar eso que quieres y esperas del amor, sin comparaciones, sin expectativas ideales, soltando el ancla del pasado y abriéndote a tu presente con la mayor disposición posible.
Si te abres al amor, lo más probable es que éste te sorprenda mostrándote que estabas en un error y que ahora sí vives lo que en realidad podrás titular, en caso de que lo desees, como el amor de tu vida. No idealices, mantente en la realidad y construye, si tu mente vuela al pasado, trata de volverla a tu presente, si no puedes al menos trata de ser lo más justo y coherente con la realidad posible, dejando a un lado cómo te sentiste para sustituirlo por lo que en realidad ocurrió.
Abre tu corazón y tu mente a las nuevas oportunidades y observa cómo el amor permanece en tu vida.
Por: Sara Espejo
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