RINCÓN del TIBET

El cerebro y los errores

El cerebro y los errores

“Tanto si piensas que puedes como si no, tienes razón”, dijo Henry Ford El poder de nuestro cerebro es infinito. Como apunta la frase de Henry Ford, si crees que puedes hacer algo lo harás, en cambio si piensas lo contrario, nunca alcanzarás nada.

Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Michigan constataba que “La gran diferencia entre la gente que piensa que la inteligencia es maleable y los que piensan que la inteligencia es fija es su manera de responder a los errores”. Las personas que participaron en el estudio tenían que identificar la letra del medio de una serie de cinco letras como “MMMMM” o “NNMNN”. A veces, la letra del medio era la misma que las otras cuatro, y a veces diferente. Aunque es una tarea sencilla, la gente comete errores y algunos se sienten tontos. Mientras hacían la tarea, los participantes llevaban una gorra en su cabeza que registraba la actividad eléctrica de su cerebro. Cuando alguien cometía un error, su cerebro producía dos señales rápidas: una respuesta inicial que indicaba que algo había ido mal y una segunda que indicaba que la persona es consciente del error y está tratando de corregir el error. Ambas señales se producen dentro a un cuarto de segundo de la equivocación.

Después del experimento, los investigadores averiguaron si los participantes eran de los que pensaban que podían aprender de sus errores, o no. A los que pensaban que podían aprender de sus errores les fue mejor después de cometer un error, en otras palabras, que se recuperaban con éxito después de un error. Su cerebro también reaccionaba de manera distinta, produciendo una señal más grande en segundo lugar, la de uno que dice: “He cometido un error, debería prestar más atención”, apunta Moser. Este experimento nos muestra cómo funciona nuestra mente cuando nos enfrentamos a un error que hemos cometido nosotros mismos.

Por tanto, si quieres aprender de los errores, pasar página y convertirte en una persona más resiliente y madura, es necesario que:

1. No entres en pánico, porque cuando entras en pánico tu cerebro piensa que debe protegerte y, por tanto, “se apaga”. Sin embargo, de esta forma no podrás aprender del error. De hecho, ni siquiera serás capaz de procesar el error y este se quedará como una huella latente en tu cerebro, causando daño y generando inseguridad desde la sombra.

2. Asume que la vida entera es un aprendizaje. Las personas que creen que ya lo han aprendido todo, quienes consideran que son especialistas en determinada materia, se cierran a nuevos aprendizajes y, por tanto, se anquilosan. Cuando estas personas cometen un error, se produce una disonancia cognitiva tan grande, que les resulta difícil gestionarla.

3. Piensa en los errores como oportunidades de crecimiento. Cuando asociamos los errores con el fracaso, estos generan malestar y activan una serie de pensamientos negativos que nos hacen dudar de nuestras capacidades. Obviamente, los autoreproches y la sensación de culpa no son precisamente una panacea así que preferimos evitarlos. Por eso, en muchas ocasiones pasamos por alto los errores, en aras de conservar la imagen que tenemos de nosotros mismos y no autocastigarnos. Sin embargo, todo cambia si comenzamos a pensar en los errores como oportunidades para aprender y crecer. Recuerda que cada vez que cometes un error, puedes descubrir una verdad que no conocías. El único y gran error es aquel del que no aprendemos nada.

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