Controlar la nostalgia por un viejo amor
Aprender a decir adiós
No se trata de ignorar el pasado sino de aceptarlo con naturalidad. Aquella historia forma parte de la vida personal y es posible disfrutar de aquellas vivencias a través del recuerdo. La gratitud es positiva a nivel vital: cuando te despides del ayer con agradecimiento abres las puertas del presente con ilusión. Es saludable poner en el contexto adecuado aquella historia para compartirla con un amigo de confianza tal y como fue.
En caso de conservar muchos recuerdos de aquella etapa puede ser un gesto de autoayuda guardar en una caja aquellas fotografías y colocarlas en una zona de la casa de acceso poco frecuente. Si lo prefieres, también puedes romper aquellas cartas que todavía conservas o borrar los correos electrónicos.
La añoranza no siempre es amor
En muchos casos, la añoranza por un antiguo amor está acompañada por la idealización de aquella etapa de la vida. Y puede llegar a confundirse esta añoranza con el amor verdadero. Echar de menos a una persona no significa necesariamente amarle como pareja y tener el deseo de compartir un futuro en común.
La añoranza puede mostrar un cariño hacia alguien con quien se han compartido momentos en común y ese alguien ya no está cerca o no existe un contacto habitual. La ausencia también puede convertirse en una excusa para evadir la mente de una situación presente poco satisfactoria.