Aprende de los errores de otros, no vivirás lo suficiente para cometerlos todos
Solemos escuchar: “nadie aprende en cabeza ajena”, y efectivamente para ciertas experiencias particulares esto resulta bastante válido, sin embargo, el tener un poco de disposición para el aprendizaje a través de las experiencias de otros nos podría ahorrar muchos conflictos.
Ciertamente hay experiencias que solo hasta el momento que se viven pueden ser entendidas realmente, inclusive habrá otras tantas por las cuales pasaremos, que aun viviéndolas, no logremos entenderlas y esto va a depender de nuestra madurez frente a las experiencias, nuestras herramientas y nuestra apertura para absorber de cada hecho la lección correspondiente.
Es importante desmitificar el hecho de que no podemos aprender de los errores o de las experiencias de otros, históricamente vemos cómo ciclos completos se repiten por quizás ignorar las experiencias de otros países, por ejemplo. El conocimiento, la información es un recurso que jamás debemos despreciar.
Nunca el estar preparado para enfrentar algo, nos coloca en una posición similar con respecto a no tener ningún tipo de información en relación a lo que nos tocará vivir, de hecho, muchas veces manejar determinada información puede evitarnos de manera franca una experiencia desagradable.
Por eso no desestimemos el crecimiento, sea cual fuese su fuente, muchas cosas las aprenderemos a través de nuestras vivencias, influenciados por nuestra crianza, nuestra sociedad, etc. Pero existen miles de personas que tenemos cerca, de quienes podemos aprender, bien sea de sus errores, de sus aciertos, de sus acciones u omisiones. Quitarle el mérito de adquirir un conocimiento a través de otro, puede resultar inútil, por ser benévolos con el adjetivo utilizado.
Obviamente cada quien es responsable de procesar la información en su cerebro, de captar los estímulos, de encontrar analogías, eso es un proceso persona que no se le puede delegar a nadie. Pero si se tiene la disposición necesaria, las experiencias ajenas nos pueden servir tanto o más que las nuestras en el desempeño general de nuestras vidas.
Estemos atentos a nuestro entorno, veamos que hace tener éxito o fracasar un negocio particular, un matrimonio, qué estrategias le sirven a alguien para lograr un ascenso, qué palabras hundieron a alguien, en fin… cualquier información es útil, sea cual sea su fuente.
Obviamente el aprendizaje que obtenemos a través de nuestros errores puede tener mucho más peso para nosotros, más valor, porque seguramente nos ha costado algo. Pero si podemos evitar pérdidas a través de los errores de otros o al menos prepararnos lo mejor posible, no con predisposición, sino con estrategias, por qué no tomar esa oportunidad?