RINCÓN del TIBET

En la distancia, aprendí a quererte más

en la distancia

Aprendí a quererte más en la distancia

Desde que te fuiste no he dejado de extrañarte, es difícil pensarte y no sentir una ligera presión en mi pecho que la asocio con la impotencia de no poder tenerte disponible para mí. El no poder abrazarte, el no poder acariciarte, el no poder tenerte entre mis brazos cuando quiero, sencillamente se vuelve una tortura amarte en la distancia.

De haber sabido que en algún momento iba a tener que alejarme de ti, por condiciones diferentes a una ruptura, sino por el contrario, amándonos y queriéndonos cerca, me hace querer retroceder el tiempo y seguir de largo ante tu presencia, en la distancia te sigo amando.

Sí, evidentemente con ese seguir de largo, también estaría abandonando la posibilidad de haberte hecho parte de mi vida, pero es que ahora tu ausencia me duele tanto, que pensaría en cualquier cosa que me pudiese aliviar esta pena, incluso aquellas que solo toman vida en mi imaginación.

El punto es que en la distancia no se ha enfriado lo que siento por ti, estos cientos de kilómetros entre tú y yo no han podido abrir una brecha en nuestros sentimientos, sino que por el contrario, me ha dado la oportunidad de valorarte más, de reconocerme sin ti y entender que ciertamente puedo vivir sin ti, pero sin dudarlo, prefiero recorrer mis pasos a tu lado.

Cuento los días para vernos. Mi imaginación te trae a mí con mucha frecuencia y en mi mente te adelanto todo lo que mi corazón y mi cuerpo añoran de ti. Te extraño tanto, te busco en actividades, en canciones, en aromas… No pensé que dejarías un vacío que me costaría tanto obviar.

Sé que dije en muchas oportunidades que la distancia mataría nuestros sentimientos y haría poco viable nuestra relación. Pero la realidad es que no sé si te idealizo, si me cuesta recordar tus defectos. Se me hace complicado recordar por qué discutíamos, por qué nos distanciábamos. Ahora que no estás a mi alcance, le doy otra proporción a todo y solo se me ocurre pensar que ahora te quiero más… que vi mi vida sin ti y me gusta más contigo.

Benditos sean todos los recursos que nos permiten acercarnos en medio de esta distancia, bendita sea nuestra unión que ha demostrado poder superar una de las pruebas más intensas, donde el amor, la confianza, la comunicación, la pasión se vuelven frágiles en la mayoría de los casos y tú y yo hemos aprendido a estar distantemente cerca.

aprendí a quererte en la distancias, por eso te espere…

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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