RINCÓN del TIBET

La vida en buena compañía sabe mejor

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La vida en buena compañía sabe mejor

Ciertamente cada uno de nosotros debe aprender a sentirse estupendamente bien en soledad. Valorar cada instante que podemos dedicarnos a nosotros mismos sin máscara alguna, conociéndonos y amándonos un poco más cada vez. Pero todos lo que hemos podido disfrutar de una compañía especia, coincidiremos en que las cosas más bellas de la vida se aprecian más cuando se comparten.

Si bien es cierto que no debemos hacer las cosas pensando en alguien más y que debe ser motivo suficiente el satisfacernos a nosotros mismos y vivir cada momento a plenitud, de manera independiente a las condiciones, también lo es el hecho de que un buen abrazo, una mirada cómplice, una palmadita en la espalda o una simple palabra que demuestra presencia, atención o amor, hacen que las cosas tomen un sentido especial.

Cada quien tiene sus personas favoritas en su vida, seres especiales que nos gustaría que compartieran lo mejor de nuestras vidas y que por lo general también nos gusta tener cerca cuando las cosas marchan al contrario de lo que nos gustaría. La vida entre dos… entre tres… entre varios, se vive diferente, se saborea distinto.

Un café en solitario, no igual que un café en compañía, una luna inmensa se hace más grande cuando podemos decirle a alguien más que aprecie su belleza, esa película toma otro sentido cuando la comentamos y hasta ese silencio mientras tú estás en lo tuyo y la otra persona en lo suyo, pero reconocen su presencia y sencillamente comparten el mismo aire… dan valor a la palabra compañía.

Debemos apreciar todos los momentos, esos que podemos dedicarnos y esos que tenemos la dicha de compartir. Pero sea como sea el truco está en enfocarnos en lo que vivimos sin añorar nada más, esa añoranza es la causante del sufrimiento y la que nos impide disfrutar de cada momento. Estamos acá, pero queremos estar allá, estamos allá y extrañamos el aquí, estamos solos y queremos compañía, estamos en compañía y deseamos otra, tenemos la otra y buscamos soledad… y así podemos pasarnos la vida, cargándonos de inconformidades y desvalorando lo que se nos presenta.

Ama la vida de forma individual y siente la dicha que da compartir con una buena compañía parte de tu camino. Esa persona que está allí lista para sujetar tu mano también está aprendiendo a compartir su vida contigo, disfruten del dulce sabor de la vida que solo se siente cuando se saborea entre varios.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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