Si se quiere ir, ábrele la puerta, ¿crees que si fuese el amor de vida tendrías que retenerlo?
El amor por alguien nos puede hacer querer retener por todas las vías posibles a esa persona ante cualquier potencial separación. Llegando a colocarnos en posiciones límites que comprometan inclusive nuestra dignidad, pero esto no lo podemos permitir, si alguien se quiere ir no debemos retenerlo.
Muchas veces perdemos el norte y no nos damos cuenta de que con mucha dificultad aquella persona que tenemos que esforzarnos para que se mantenga a nuestro lado, que ha manifestado deseos de terminar, de marcharse de nuestra vida y probablemente ha tomado acciones para hacernos entender que se quiere ir, muy probablemente no corresponda a esa persona con la que podamos proyectarnos a futuro.
Por mucho amor que exista de nuestra parte, inclusive si sentimos que vale la pena el esfuerzo, debemos entender que nada que resulte de la presión, de la manipulación, de forzar algo, puede ser satisfactorio, ni siquiera consiguiendo que esa persona se mantenga a nuestro lado, nos podremos sentir bien, quizás en una etapa temprana, pero el saber que tuvimos que retener a alguien para que no se fuera, solo nos puede llenar de resentimiento y quizás ganar algo de tiempo para un desenlace ya anunciado.
Si alguien se quiere ir de nuestro lado, no es que no hagamos algo para evitarlo si nuestro deseo es que la relación perdure, se trata de colocar límites que preserven nuestra dignidad, que no nos permitan humillarnos, ni recuperar un amor con el costo del amor propio. Cada persona tiene un valor, ocupa un lugar en nuestra vida y algunos en nuestro corazón, pero no permitamos nunca que el amor por alguien sea superior al que nos debemos a nosotros mismos.
Aprendamos a dar lo mejor de nosotros durante las relaciones, para que si debemos enfrentarnos a una separación no deseada porque nuestra pareja se quiere ir, podamos hacerlo con la tranquilidad de que alimentamos la relación con lo mejor que estuvo en nuestras manos, considerando nuestros recursos, así nos evitaremos ofrecer, de manera extemporánea, las cosas que podrían haber consolidado los lazos con la persona amada.
Si alguien se quiere ir de nuestra vida, por contrariados que nos encontremos, no podremos sino aceptar esa decisión y dejar que salga, dejar fluir nos hará el proceso menos doloroso y nos permitirá una recuperación más temprana, que aferrarnos.
No siempre los resultados serán los que queramos y aceptarlos es una muestra de madurez, cierra cada uno de tus ciclos en armonía, aprende a perdonar y a dejar ir… Lo que tiene que ser será, sin forzarlo…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet