RINCÓN del TIBET

No le digas donde te duele, porque sabrá donde golpearte

duele

No le digas a la gente donde te duele, lo pueden convertir en su lugar favorito para golpearte

El mostrar donde nos duele los demás, es decir, nuestra vulnerabilidad no debería crearnos mayor estado de alerta, puesto que podríamos suponer que no se aprovecharán de nuestros puntos sensibles para establecer algún mecanismo de control, ni mucho menos manipularnos o hacernos daño.

Sin embargo, la realidad nos muestra algo diferente, nos habla de que hay una tendencia general a usar los puntos débiles de los demás como dianas cuando se necesita tomar el control de la situación.

No es necesario referirse a un enemigo,  o a alguien de quien normalmente tendríamos cuidado, puede ser inclusive alguien que nos quiera, quien termine utilizando en nuestra contra información que hemos confiado, muestras de debilidad que hayamos dado, puntos sensibles o cualquier otra cosa que nos haga vulnerables a un ataque o cualquier mal uso que le quieran dar.

“Serás amado el día en que podrás mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esto para afirmar su fuerza. ― Cesare Pavese

Todos somos frágiles en algún punto, pero si nosotros podemos reconocer ese punto, seremos capaces de protegernos para no quedar al descubierto y por ende ser blanco fácil de un ataque o de un sometimiento generado por el ensañamiento hacia nuestros puntos débiles.

Si no podemos reconocer esos puntos sensibles, sino que es alguien más que los detecta, quedaremos a merced de sus intenciones, que si son positivas, pueden hacernos convertir lo que puede verse como una debilidad, en una oportunidad de mejora. Pero si no son las mejores, podemos pasar mucho trabajo con alguien que se aproveche de la situación y tome control sobre nosotros.

El control y el poder son dos de las cosas que el hombre más ambiciona, y cualquier circunstancia que le otorgue una posición privilegiada al respecto, se convertirá en una tentación para él, pudiendo sacar provecho para sí y dominando al otro por donde más le duele.

Si quieres protegerte de que otro utilice tus puntos débiles en tu contra, dedica tiempo y esfuerzo a conocerte, a saber de ti, a reconocer cada una de tus fortalezas y de tus debilidades, míralas de cerca, acéptalas y trabaja en ellas, y especialmente evita mostrarlas ante los demás.

“El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso. ― Lao-tsé”

 

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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