Si deseas ser escuchado, no olvides que es mejor exponer que imponer tu criterio…
A todos nos gusta, en muchos sentidos, tener la razón, ser acertados, que nuestra opinión sea tomada en cuenta y además sea guía y orientadora de muchos caminos, por lo que comunicar nuestro criterio, pensamientos y emociones, es común y racional.
Imponer condiciones excesivamente duras es dispensar de su cumplimiento. Anónimo
Sin embargo, todo toma un matiz distinto cuando intentamos imponer a los demás nuestras opiniones, juicios, creencias o convicciones, pues exponer es una cosa, prácticamente un derecho, pero al querer imponer a los demás, pierde sentido, incluso pierde su esencia.
No podemos esperar que nuestra manera de pensar cambie la vida de los demás, no podemos pretender, que todos actúen conforme a nuestras acciones, cada quien representa una idea distinta, cada quien tiene un sentido diferente y un juicio particular ante las cosas, el solo hecho de querer imponer nuestro criterio, genera automáticamente un antagonismo.
No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente. Virginia Woolf
La resistencia ante la imposición de las cosas, es una reacción natural, solo basta detenerse a observar, para identificar el rechazo que genera la imposición, en muchos espacios, de muchas maneras y en todos los sentidos, cuando tratamos de imponer nuestro criterio, las personas se cierran automáticamente, se sienten atacadas, vulneradas y en el peor de los casos, sienten que su propio criterio no tiene importancia.
Resulta sorprendente, y de seguro alguna vez lo has experimentado como suelen tergiversarse las palabras cuando se trata de imponer algún criterio.
Si en realidad deseamos ser escuchados, que nuestras palabras lleguen, queden y puedan llegar a ser tomadas en cuenta, siempre es preferible actuar desde la humildad de exponer, de expresar y de comunicar lo que pensamos, creemos o sentimos, sin ninguna intención o interés de ser seguidos, simplemente el deseo puro y sincero de hacer uso dela palabra y de ser escuchados, así como tenemos la disposición de escuchar a los demás.
Conocer a los otros es sabiduría. Conocerse a sí mismo es sabiduría superior. Imponer su voluntad a los otros es fuerza. Imponérsela a sí mismo es fuerza superior. Lao Tse
Siempre obtendremos mejores resultados desde la exposición, la imposición genera desconfianza y resentimientos, por lo que las palabras pierden su esencia y se levanta una muralla, que en la mayoría de los casos resulta imposible atravesar…