Lo que nunca debes hacer por los demás
Hoy me gustaría compartir contigo una historia en la que se pone de manifiesto que, a veces, en vez de ayudar estamos haciendo todo lo contrario.
A veces ayudar implica alejarse
Tendemos a pensar que los obstáculos si podemos evitarlos, mejor. Pero si existen es por algo. El sufrimiento, los errores, todo aquello que nos complica la vida…
En nuestra mente creemos que todo eso es negativo, una percepción errónea y que debemos ir eliminando de nuestro interior tan rápido como podamos.
Piensa, por ejemplo, en los errores. ¿Verdad que tan solo con oír esta palabra ya piensas en algo negativo? No te confundas, de los errores se aprende y sin ellos no hay avance ni superación.
Si alguien está sufriendo o le está costando conseguir algo, puedes tenderle la mano de la escucha y la comprensión, del consejo y del impulso, pero es su lucha, no la tuya.
Para madurar tenemos que superar obstáculos continuamente. Piensa en una madre que continuamente esté defendiendo a su hijo. ¿Será capaz él de defenderse a sí mismo el día de mañana?
Esto no quiere decir que no debamos estar ahí y ayudar cuando así nos necesiten. Pero, debes aprender a diferenciar cuando debes aportar tu granito de arena y cuando solo debes prestar apoyo emocional.
Ayuda a quien realmente lo necesite
¿La mariposa necesitaba ayuda? Eso es lo que creía el hombre, pero realmente no era así. Ayuda solamente a aquellos que verdaderamente lo necesitan. Nunca hagas algo que pueden hacer los demás por sí solos. Es su vida, su superación, su madurez… Tú ya tienes tu propia vida y tus propios obstáculos, no hace falta que ayudes a los demás a algo que ellos mismos pueden hacer.
Piensa, que si te comportas de forma sobreprotectora, ayudando cuando no es necesario, estás limitando a esa persona, le estás “cortando las alas“. Esto impedirá que luego pueda volar.
Necesitamos pruebas y dificultades para saber cuáles son nuestros límites. Situaciones peores se han vivido y hemos salido airosos.
Conoce tus límites, ¡ponte a prueba! No ayudes cuando no es necesario y no permitas que nadie te ayude ¡si no lo necesitas tampoco!
Cada uno tiene su propia lucha, cada uno se está labrando su propio camino. No permitas que te corten las alas, ni las cortes tú tampoco. El esfuerzo y la superación serán lo que te harán volar.