RINCÓN del TIBET

Gracias hijo por escogerme entre tantas almas

Hijo

Gracias hijo por escogerme entre tantas almas

Durante un viaje prácticamente infinito, donde el tiempo carece de sentido, las almas viajan a través de experiencias que no llegamos a recordar, generando acuerdos previos a encarnar, para hacer de sus tránsitos los más enriquecedores. Se dice que las almas unidas por la energía del amor suelen encontrarse vida tras vidas en sus caminos de evolución, ocupando roles importantes la una para la otra.

Hijo un día como hoy llegaste a este plano a través de mí, no tendría palabras suficientes para decirte todo lo que ha sido esta experiencia, todas las emociones y sensaciones que han habitado en mí desde que supe que te encontrabas en mi barriguita.

Hijo tú vas creciendo tan rápido, conservando intacta esa mirada que encierra inocencia, ganas de descubrir el mundo y sobre todo mucho amor… Pero te digo que no vas creciendo solo, yo voy haciendo lo propio, porque tu tiempo de vida representa el periodo en el cual por ensayo y error, me he desarrollado como madre.

Hijo quiero que siempre recuerdes, más que cualquier otra cosa, que el propósito de la vida no es otro distinto a ser felices. En tu camino habrá de todo… caritas tristes, caritas felices… pero solo tú decides cómo vivir, qué tomar para ti y qué dejar pasar. Haz que tu balance sea siempre positivo, vive cada momento, sin ansiar un mañana.

Hijo no pierdas tiempo en nada que robe tu paz. Haz lo que haga vibrar tu alma y lo demás llegará por añadidura. No dependas de nada, ni de nadie, la energía creadora reside justo en tu interior, tomando consciencia de ello, lo tienes todo.

Hijo piensa bonito y tu vida será así, lo que anides en tu mente terminará haciéndose parte de ti, no solo en pensamientos, sino en vivencias… Silencia tu mente de vez en cuando y escucha tu esencia, desde allí aclararás cualquier duda que puedas tener. Sé agradecido, son los mejores cristales con los que podemos ver la vida, mientras más agradezcas por tus bendiciones, más llegarán a ti. Agradecer, es la mejor manera de pedir.

El amor trasciende mi hijo y une a quienes se aman por toda la eternidad. Te amo por sobre todas las cosas, sin condiciones, sin importar lo que hagas o dejes de hacer. Agradezco infinitamente a la vida por darme la oportunidad de ser madre y en especial de ser la tuya. Agradezco y honro nuestros acuerdos… esos que están grabados en nuestros corazones.

Hijo no te niego que no resulte tentador meterte en una burbuja y protegerte de todo lo malo, lo que te pueda hacer sufrir, pero eso es limitarte, es robarte experiencias y si me elegiste para este tránsito lo mejor que puedo hacer es amarte, apoyarte y respetarte… No estoy para trazar tu camino, aunque me gustaría acompañarte en tus pasos.

Gracias por formar parte de mí, hijo amado. Mi vida es mucho más hermosa desde que estás en ella. Perdona mis errores, aquí voy aprendiendo a tu lado, pero dando lo mejor de mí para hacerlo lo mejor posible. Me encantaría poder compartir contigo muchos cumpleaños más y seguir conociéndote y enamorándome cada día más de ti.

¡Felicidades! Mil bendiciones para ti. Te ama, tu mami.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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