Lo que debes tener en cuenta al momento de reprender a un niño…
Todos nos debatimos entre el tema de la efectividad del reprender o su inutilidad, hoy día, resultan cuestionados todos los métodos arcaicos de castigo para los niños, otros han sido reemplazados, por alguna forma de progreso, el caso es, que todos los que lidiamos con niños, sabemos que es necesaria la corrección amorosa, a tiempo y efectiva, a las inclinaciones del infante, sin embargo, antes de reprender, es importante que tengas algunas cosas en cuenta, de seguro el niño te lo agradecerá profundamente.
Cosas que debes tener presente cuando vayas a reprender a un niño
1. No existen dos niños iguales. El castigo que ha sido eficaz con el mayor no tiene por qué servir al pequeño. Los niños deben conocer las reglas, pero la aplicación de éstas varías según las características peculiares de cada niño. Un niño que puntualmente dice una grosería no debe ser corregido del mismo modo que otro habitualmente grosero.
El primer castigo del culpable es que su conciencia lo juzga y no lo absuelve nunca. Juvenal
2. Para reprender, padres y maestros debemos tener la cabeza fría. Si tras el castigo nos invade un sentimiento de culpabilidad, eso suele significar que no hemos pensado bien antes de aplicar dicho castigo. Por tanto, debemos armarnos de paciencia, especialmente cuando estamos cansados, enfadados o agotados por otros motivos.
3. Consecuencia de lo anterior, los castigos físicos son completamente desaconsejables. Sí, lo confieso: he recibido y propinado algún azote, pero ahora que tengo la cabeza fría debo de transmitir lo que me han dicho las personas con más experiencia y conocimiento que yo: no pegues a los niños. No sirve. Es más: sus efectos a largo plazo pueden resultar contraproducentes.
4. Inmediatez. No permitamos que pase mucho tiempo entre la falta y el castigo, especialmente en el caso de niños más pequeños, que olvidan rápido. Cuando el niño está castigado, debemos asegurarnos de que el realmente recuerda por qué lo está.
El castigo más justo es aquel que uno mismo se impone. Simón Bolívar
5. Los castigos deben ser una herramienta excepcional, no una recurrente. Demasiados castigos deben hacernos sospechar que el niño está llamando la atención por algún problema oculto y por lo general más grave. En ese caso, debemos corregir y, si es necesario, pedir ayuda externa (maestros, tutores, psicólogos, etc)
6. Objetivo primordial: que el niño entienda las relaciones de causa-efecto entre la falta y el castigo. Si un jovencito llega 45 minutos tarde a casa, tiene más sentido impedirle ver la mitad de su partido de fútbol favorito que prohibírselo todo entero. El castigo no solo trata de poner límites, sino de que el niño entienda por qué existen esos límites. De esa manera, aprenderá a evitar por si solo las conductas que le acarrearán consecuencias negativas. También es bueno advertir antes de cometer la falta: si haces esto, te ocurrirá lo otro.
7. Racionalidad. No debemos imponer castigos excesivamente duros ni tan complicados de cumplir (o para nosotros de supervisar) que al final no pueden llevarse a cabo. “No sales de casa durante un mes”; “copia esta frase mil veces”… Ojo con los castigos contraproducentes: a un niño tímido no debemos impedirle acudir a un cumpleaños, donde puede relacionarse con más facilidad.
El único propósito del castigo es la prevención del mal; nunca impulsará a nadie al bien. Horace Mann
8. Resulta mucho más eficaz fortalecer las conductas positivas que erradicar las negativas. El castigo debe estar equilibrado con caricias y besos. Muchas caricias y pocos castigos. Felicitar y celebrar los aciertos presentes evita los errores futuros.
Pero lo más importante a la hora de reprender a un niño, es que debes recordar, que cada acción en contra o a favor de él, quedará impresa en su alma eternamente.
Por Marvi Martínez – Rincón del Tibet