Me encanta la gente que no se esfuerza por ver el lado negativo de todo
Definitivamente hay personas que pueden ofrecer luz y otras que les encanta encontrar el lado oscuro de la vida. Cuando un persona se esfuerza por ver el lado negativo de todo lo que ocurre, no solo se encadena a un estado anímico desfavorable, sino que se encarga de contagiar a todos a su alrededor de su vibración, colocando en el ambiente una especie de nube negra que lo persigue a donde va y es capaz de alcanzar a los que le rodean.
Características de las personas que le ven lado negativo a todo
- Quienes le ven el lado negativo a todo no son agradecidos con la vida: Cuando no se sabe apreciar las cosas maravillosas de nuestras vidas se pierde esa capacidad de agradecer, de ver un milagro en cada cosa que se hace, de sentirse cómodo y de saber que se puede conseguir lo que se quiera.
- Quienes le ven el lado negativo a todo se sienten frustrados: La insatisfacción de rescatar siempre lo negativo de cada cosa, genera un estado de frustración permanente porque todo parece distanciarse de lo que se espera, aunque en el fondo este tipo de personas siempre tienen la expectativa de que las cosas no resultarán bien.
- Quienes le ven el lado negativo a todo parecen no poder sentir cómodos cuando todo marcha bien: En los casos donde no resulta sencillo notar algo negativo, se sienten un tanto contrariados, porque hay una brecha entre lo que está en su mente y l que está ocurriendo.
- Quienes le ven el lado negativo a todo tienen muchas excusas para no lograr lo que desean: Por lo general no logran lo que quieren, colocando todo tipo de excusas para justificarse, sin decidirse a tomar las riendas de la situación.
- Quienes le ven el lado negativo a todo tienen un locus de control externo: Sienten poca responsabilidad por lo que les ocurre, todo es endosado a otra persona, al ambiente, a las condiciones externas, lo que les dificulta aún más hacer cambios positivos para sus vidas, porque no dependen de ellos.
- Quienes le ven el lado negativo a todo siempre tienen un problema para cada solución: Les pueden llover soluciones y alternativas para resolver conflictos, para ubicarse en mejores posiciones, pero siempre decantarán por un problema.
Así se les va la vida, con un aparente disgusto ante las sonrisas, ante la vida, ante los milagros, ante sentirse plenos. Mientras que logran contagiar o alejar a quienes valientemente están a su alrededor intentando hacer sus vidas un lugar agradable, de sus tránsitos historias que valgan la pena contar, por apasionadas, por divertidas, por interesantes, ¡por vividas! No por oscuras, sosas y condenadas a la conflictividad.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet