RINCÓN del TIBET

Cualquier problema se olvida con buena compañía

cualquier problema

Me encantan las personas que te hacen olvidar cualquier problema con solo su presencia

Definitivamente hay personas que tienen ese don particular de irradiar luz, de calmar a través de su sola presencia cualquier problema. Por lo general son las personas positivas las que tienen este efecto, las que pareciesen saber algo de la vida que la mayoría desconoce, quienes tienen una confianza orientada a la solución de los problemas que hace como si estos no quisiesen estar cerca, los espantan.

Este tipo de personas las puedes reconocer por una sonrisa que no solo se forma en sus labios, sino que es transmitida por su mirada, son especialistas en ver soluciones, en encontrar el sentido, en mostrar rutas y en sustituir lágrimas por risas.

La mayoría de los casos no asocia este tipo de perfil a personas que jamás han pasado momentos difíciles, por el contrario, vemos con frecuencia un patrón que muestra que quienes poseen esa capacidad de ver a luz ante cualquier problema, son quienes han tenido que transitar arduas experiencias y han salido del otro lado enteros y ahora, con mayor conocimiento, con un esquema de prioridades diferentes, son capaces de mirar a los problemas a la cara y decirles: no te tengo miedo.

Y eso pareciesen hacerlo no solo con los problemas propios, sino con cualquier problema de las personas que le rodean. Por eso sentimos ante la presencia de este tipo de personas esa confianza en que todo estará bien y podemos sencillamente olvidar aquello que de una manera u otra nos está afectando.

No considero que sea necesario atravesar cualquier problema para tener una postura positiva y confiada ante la vida, podemos ser valientes ante lo pequeño y ante lo grande, podemos decidir cómo afrontar las adversidades y ver qué beneficio podemos sacar de cualquier situación.

Si aprendemos a ver el lado amable de las cosas, en lugar de ver la fatalidad, poco a poco nos vamos convirtiendo en seres que irradian esa energía que colma ambientes y corazones de buena vibra, que calman los mares revueltos, que confían en ellos y en la vida, en el universo y de a poco vamos adoptando una versión un poco más cercana a lo que realmente debería representar el vivir.

Agradezcamos si contamos con esas personas especiales, que a través de unos hilos invisibles nos levantan de nuestros baches, que nos fortalecen, que nos llenan de ánimo y fácilmente podemos considerarlos nuestros cargadores personales. Aprendamos a través de ellos a ver el lado más amable de la vida y atesoremos cada una de las lecciones que podamos aprender a través de toda persona que brille a nuestro alrededor.

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