RINCÓN del TIBET

Sin ti ninguna navidad será lo mismo

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Ninguna navidad será lo mismo sin ti

Las fechas especiales del año suelen traer consigo la nostalgia propia de la ausencia de esos seres amados, que por un motivo u otro no se encuentran a nuestro lado, especialmente aquellos que partieron a un lugar desconocido para nosotros, aquellos que se nos adelantaron y que quisiéramos por al menos algunos momentos traerlos de vuelta, para escuchar sus voces nuevamente, sentir esa conexión con una mirada o sencillamente darles un abrazo tan grande que nos permita llenarnos de fuerza hasta nuestro próximo encuentro.

Ciertamente no tenemos la certeza de que desde “el más allá” puedan sentirnos o escucharnos, sin embargo, particularmente pienso y siento que cuando los seres estamos unidos a través del amor, no existe una distancia física capaz de separarnos, la muerte como tal no es más que una ilusión, que no nos permite tener acceso de la manera tradicional a nuestros afectos, pero que es el punto de partida para una conexión más sublime y especial.

Basta recordar a un ser querido, especialmente los buenos momentos compartidos, sus ocurrencias, sus risas, sus consejos, para que desde nuestro corazón se sienta ese nexo existente, ése que nunca se rompe. Todos nuestros afectos que se han marchado viven en nuestros corazones y creo que de vez en cuando se dan una pasada por este plano para darnos fuerza, para decirnos que están con nosotros, para que sintamos que nuestro amor no es unilateral y que de alguna manera que no podemos entender, ellos tienen acceso a nosotros.

No dejemos de recordar a quienes amamos y se han ido, sin embargo, no lo hagamos desde la tristeza, hagámoslo desde la alegría y el agradecimiento por haberlos tenido en nuestra vida. Saldemos nuestras cuentas desde el corazón si pensamos que hubo cosas que quedaron pendientes, sanemos cualquier herida, especialmente cualquier rencor y culpa que en estos casos son los que tienen mayor presencia.

El amor todo lo puede y es a través de él que podemos mantener vivos a nuestros afectos. Puede ser que nuestra vida sea diferente, pero si no nos dejamos llevar por la tristeza, sino por la alegría de haber compartido con esa persona que ha dejado huella en nuestros corazones, podemos asumir las ausencias de una manera más natural, contemplando con extrañeza el ciclo de la vida y disfrutando y agradeciendo que estamos acá, aún con la capacidad de hacer muchas cosas con nuestras vidas, con un corazón pleno de afectos, de muchos que podemos abrazar y otros que nos miran desde “el cielo”.

 

Eres parte de mí y yo soy parte de ti… Te amo más allá de la vida.

-Sara Espejo

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