Cuanto más liviano andes, más lejos llegarás

Pasamos por la vida recolectando cosas, coleccionando objetos, acumulando bienes, reuniendo dinero… No conformes, cargamos en nuestra todo el contenido emocional que podemos, sin importar el peso que esto genere en nosotros, nos limitamos a almacenar vivencias y recuerdos que nos lastiman, que nos hacen sentir tristes, presionados, culpables, temerosos, en fin… que perturban nuestro estado y no consiguen más que perturbar nuestra paz y distraernos de nuestro momento presente.

Muchas veces no nos damos cuenta que son nuestros apegos los que evitan que volemos alto, los que nos anclan. Es el hecho de depender y necesitar las cosas, las personas, los roles, los que nos limitan a alcanzar lo que queremos.

Mientras menos relaciones de dependencia desarrollemos a lo largo de nuestras vidas, será más fácil abrir nuestras alas y elevarnos, conectarnos a nosotros mismos, encontrar nuestro centro y desde allí, desde nuestro equilibrio, desde donde nos sabemos parte de un todo, desde donde nos hacemos conscientes de que no necesitamos de nada ni de nadie es desde donde podemos sencillamente elevarnos.

No vayas por la vida acumulando cosas, pensamientos o sentimientos que no le sumen a tu vida, que tus recuerdos tengan el efecto de generar en ti una sonrisa, un pensamiento consolador hacia ti mismo o la sencilla aceptación de que lo ocurrido no puede ser cambiado, que no nos genera beneficio alguno quedarnos enganchados a ninguna situación.

Cada vez que pierdes la necesidad de tener algo, bien sea de conseguirlo, mantenerlo o recuperarlo, aprendes a fluir con la vida y lo que ella significa y de esta forma eres más feliz. Que tus afectos sean de corazón, no por obligación, aprende a ir tras lo que amas, sin miedos. El corazón nunca se equivoca cuando te indica una ruta, con lo que debes estar atento es con que la mente no se disfrace de corazón y te haga perseguir cosas equivocadas, por ego, por intención equivocada.

Siente tus emociones, cuando te intranquilicen debes revisarte, si genera sosiego, miedo, angustia, es porque la ruta no está dictada por el corazón.

Aprende a conocerte, aprende a saber cuándo estás actuado con consciencia, cuándo tienes claro tu propósito en la vida y cuándo estás disfrutando del camino. Asegúrate que tu equipaje sea tan liviano que te permita tomar decisiones oportunas, para volar cuando sea necesario, para trascender cuando quieras.

No se trata de no generar afectos, de no sembrar amor, de no cultivar relaciones, se trata de hacerlo desde el amor verdadero, ése que no depende, que no afecta, que no perjudica. Todo lo que necesitamos está justo dentro de nosotros, es nuestra esencia y no necesitamos agregarle ninguna carga… Solo sumarle amor, que esa es justamente la fuente de donde todo nace.

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