Mi herida no acaba de cerrar porque la sutura fue hecha con puntos suspensivos…
Algunas palabras abren heridas. Otras abren caminos. José Narosky
Ninguna persona por gusto va a elegir sufrir en la vida, siempre estamos de alguna manera tratando de protegernos, de acorazarnos y de evitar ser heridos, sin embargo, la experiencia nos enseña que esto es prácticamente inevitable, tarde o temprano algunas circunstancias nos harán sufrir y nos dejarán heridas, mas la peor herida de todas, es esa que que es incapaz de sanar, porque nunca se hizo lo suficiente para saber qué pudo haber pasado, entonces lo que quedan son puntos suspensivos.
A veces pienso que no vale la pena hacer amigos. Se van de nuestra vida después de un tiempo y dejan una herida mucho más dolorosa que la soledad anterior a ellos. Lucy Montgomery
En la vida nos causarán heridas inevitablemente, incluso en algunos casos no podemos hacer nada para evitarlas en su mayoría, sin embargo, hay que cerrar ciclos y llevar las cosas hasta el final, es una manera viable de sanar las heridas, conversar con esa persona, atender esa llamada, aclarar esa situación, ir al lugar indicado y cualquier otra acción que nos ayude a encontrar explicaciones, aclarar la mente y sanar las heridas, cuando no tomamos ninguna acción, con respecto a esa situación que nos está lastimando, entonces todo queda en el aire, es un ciclo que no se cierra y nunca sabremos realmente que pudo haber pasado, estás heridas son muy dolorosas porque permanecen en el tiempo.
Por otra parte, podemos enfrentar situaciones que nos lastiman porque no depende únicamente de nosotros, hay otra persona u otras personas involucradas, que no siempre actúan de forma directa, clara y transparente con nosotros, esto nos genera dudas, nos deja en la incertidumbre y nos quedamos finalmente con las expectativas, de lo que pudo haber pasado o de que sencillamente no pudimos vislumbrar qué fue lo que realmente ocurrió, por eso siempre es preciso, abordar las cosas de frente y pedir en su mínimo toda la honestidad y la sensatez posible.
La belleza de la ciudad era, ni más ni menos, la belleza de sus heridas. Julio Mishima
La reflexión y la experiencia nos lleva a comprender, que no tiene ningún sentido revolcarnos en una situación que no quedó clara para nosotros, si ya no tenemos la oportunidad o las herramientas, para entender lo sucedido y poder cerrar nuestra herida, entonces es mejor dejarla atrás, no hay razón para pretender aclarar algo cuando ya ha transcurrido tiempo suficiente, lo más sensato es evitar los puntos suspensivos en las relaciones para que las heridas puedan sanar de la mejor manera posible, de lo contrario, la duda y “lo que pude haber hecho” se harán compañeros inseparables de nuestra historia…
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