El amor tiene un límite… se llama dignidad
Amar a alguien es uno de los estados más significativos para cualquier persona, querer, cuidar y formar parte importante en la vida de alguien es por demás placentero… justo hasta el preciso momento en el cual el amor comienza a doler.
No es conveniente para nadie mantenerse en una relación amorosa en la que los principios básicos del amor no se mantengan, es necesario detenerse y pensar, observar y principalmente sentir… Así como el amor se siente, el desamor también se hace notar, de la forma más fría y despiadada… y en la mayoría de los casos en los que la dignidad se ve afectada existe una gran falta de amor, la peor de todas, la falta de amor propio.
Hay algo peor que la muerte, peor que el sufrimiento…Y es cuando uno pierde el amor propio. ― Sándor Márai
Nadie nos obliga a mantenernos en una relación que nos haga sufrir, somos nosotros mismos los que decidimos fomentar o romper un vínculo que nos hace daño, que nos hace sentir menos. Somos nosotros los que marcamos la pauta de lo que queremos de la vida, de lo que toleramos. Si aceptamos que nos quieran de una forma inconveniente para nosotros, no podemos pretender más que atentar contra nuestra dignidad.
Son nuestros miedos y las barreras autoimpuestas los que nos someten a vivir un mal llamado amor. Puede ser miedo a no conocer a otra persona, miedo a la soledad, miedo a repetir la misma historia con alguien más, en fin, son ellos los que nos paralizan y nos someten a una relación en donde no nos sentimos a gusto.
Pero con el miedo no se llega lejos, si no los afrontamos, estaremos sometidos de muchas formas a situaciones incómodas, a ponernos de rodillas ante diversas circunstancias y vivir de esta manera carece de sentido. El miedo es para afrontarlo y superarlo, lo peor que puede ocurrir siempre pasa solo en nuestra mente.
La vida no está pensada como una prueba de resistencia, la vida es mucho más sencilla, lo que ocurre es que nos empeñamos en creer que los únicos mecanismos de crecimiento son a través del dolor. La vida y especialmente el amor es para disfrutarse, obviamente existirán tragos amargos, pero cuando lo amargo sea permanente será el momento de dejar de tomar y revisar lo que estamos ingiriendo. Siempre podremos darle otro sabor a nuestra vida.
Considera que eres la persona más importante de tu vida, considera que solo tú tienes la potestad de decidir el tipo de amor que vives y si sientes que te lastima, que no te queda, que no te sirve… Sencillamente sé valiente y toma la decisión de dejar ir. No se trata de orgullo, la dignidad, el amor propio, el autorespeto deben ser tus banderas al momento de establecer límites. Si tú no te amas lo suficiente, no esperes que otro lo haga por ti.
¡Lástima que el Amor un diccionario no tenga donde hallar cuando el orgullo es simplemente orgullo y cuando es dignidad! ― Gustavo Adolfo Bécquer
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet