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¿Mi hijo adolescente sufre depresión?

¿Mi hijo adolescente sufre depresión?

La adolescencia es una época complicada en la que los hijos sufren un montón de cambios que provocan un humor difícil de aguantar e insolencias complicadas de sobrellevar. A pesar de esto, no debemos dejar de lado algunos síntomas que pueden aparecer y que pueden estar dejando constancia de un problema que afecta cada vez más a los adolescentes: la depresión.

No, yo no me odiaba, ellos hicieron odiarme

Síntomas de depresión en jóvenes adolescentes

La depresión es uno de los principales factores que lleva a muchos jóvenes a suicidarse. Sabemos que se encuentran en una época difícil, pero necesitan el apoyo de sus padres para que les ayuden en el difícil camino que tienen hasta convertirse en jóvenes adultos.

Si tienes un hijo adolescente, ¡no pases por algo lo que siente! Puede que te enfades por sus cambios de humor, que muchas veces no quieras ni verlo en pintura. Pero, estate atento a los siguientes síntomas que pueden estar haciendo que tu hijo sufra de una profunda depresión.

Trastornos del sueño

Cuando tu hijo adolescente empiece a dormir pocas horas o demasiadas, es importante que nos pongamos en alerta. Este puede ser uno de los principales síntomas físicos que manifiesta la depresión. Es verdad que no podemos afirmar que los trastornos del sueño indiquen que se padezca esta enfermedad, pero sí que estemos alerta ante una posible presencia de la misma.

Pérdida de interés

La tendencia de los adolescentes es socializar y disfrutar de muchas cosas que están haciendo. Cuando hay una considerable pérdida de interés por todo y por todos, cuando empieza a aislarse de sus familiares e incluso de sus amigos, es importante que empecemos a tomarnos sus cambios de humor y sus brotes de ira más en serio.

Cambios en la conducta alimentaria

Es en estas edades donde se producen, también, los trastornos de la alimentación más acuciantes como la anorexia o la bulimia. Si tu hijo empieza a mostrarse exquisito con ciertas comidas o si tiene falta de apetito, es importante que no lo paséis por alto. En ocasiones, no vemos los trastornos de alimentación que están padeciendo nuestros hijos.

Baja autoestima

La autoestima es muy difícil de mantener siempre en un estado álgido, pero cuando continuamente nuestro hijo tiene una baja autoestima es importante que le prestemos atención. Si nos centramos podremos observar cómo nuestro hijo se culpa, cómo se critica exageradamente y cómo sufre de dependencia emocional hacia otras personas.

Pensamientos e ideas suicidas

Probablemente tu hijo nunca diga que se quiere morir, pero sí puedes apreciar en las palabras que utiliza y la forma que tiene de actuar si es positivo o negativo. Piensa que muchos son los adolescentes que se suicidan cuyos padres se sorprenden de que lo estaba pasando mal. Es importante que atendamos a todas las señales.

Llamadas de atención

La autolesión o escaparse del hogar familiar no indican solo rebeldía sino una llamada de atención a los padres que deben ponerse alerta. Ignorar todas estas llamadas de atención hará que tu hijo piense que no le importas y que no brindas la atención necesaria. Es importante abrir los ojos y no pasar nada por alto porque, tal vez, lo podamos lamentar.

Conductas agresivas

El bullying es una de las principales manifestaciones de que algo no va bien. Si te han llamado del instituto o has escuchado que tu hijo se mete en peleas, es importante que no lo defiendas y que hables con él. Esto puede ser una manifestación de un conflicto o pena interior. Además, puede haber un coqueteo con sustancias ilegales que no será nada beneficioso para él.

Los adolescentes son los grandes incomprendidos debido a que los adultos creen que se preocupan, que lloran, que sufren ira por tonterías. Es importante que les prestemos la atención necesaria, ya que quizás estemos ante un hijo con depresión que no sabe cómo expresar lo que le ocurre.

Nadie me apoyaba, nadie estaba ahí para mí. Me puse a pensar que era una estúpida

-El diario de la vida de una adolescente-

Piensa que en estas edades no es nada común que los hijos hablen con sus padres, así que es importante abrir los ojos ante lo que no se manifiesta claramente. Aunque no lo creas, tu hijo quiere que estés ahí y que le hables, aunque parezca que él no esté por la labor de hacerlo.

 

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