No discutas delante de tus hijos
A veces es difícil no discutir delante de los hijos, pero es algo que resulta muy negativo para ellos. Si no has pasado por una infancia en la que tus padres discutían sin parar y te hacían partícipe de algo que no debían, quizás te resulte muy difícil empatizar con esta situación.
A pesar de esto, debemos ser conscientes de los efectos tan negativos que pueden tener para nuestros hijos estas discusiones que, sin ser conscientes de ello, realizamos delante de nuestros hijos dándoles un claro ejemplo de agresividad, malas palabras y cero amor.
Un modelo negativo de relación
Aunque no lo creáis, todo lo que hagáis delante de vuestros hijos les estará enseñando mucho sobre la vida. Ellos están creciendo y aprendiendo sobre este mundo y vosotros se lo estáis mostrando, aunque no de la mejor manera.
En este caso, les estáis inculcando un modelo negativo de relación, donde la agresividad está presente, así como las faltas de respeto. No se respetan los turnos de palabra, habláis al mismo tiempo, eleváis la voz… En definitiva, no es un comportamiento que enseñarles a vuestros hijos.
Además, piensa que los niños aprenden patrones de comportamiento por imitación. Es por esto por lo que tal vez empieces a ver cómo se comportan de forma similar a ti en ciertos aspectos o los de tu pareja. Esto es normal. Os está imitando y si discutís, también lo hará en futuras relaciones.
Esto lejos de ser negativo, si sois conscientes de ello, puede llevaros a aprender sobre vosotros mismos y vuestra forma de discutir. Es necesario que aprendáis a respetar vuestros turnos de palabra, que no gritéis y que, sobre todo, os respetéis por encima de todo.
Normas y límites ambiguos
Hay muchas normas y límites que nosotros, como adultos y padres, establecemos y que después contradecimos continuamente. Esto emite un mensaje contradictorio que nuestros hijos no van a entender. Con esto, nuestro hijo puede volverse agresivo y empezará a no respetar.
¿Qué es lo que realmente sucede cuando discutes delante de tus hijos?
- Perdéis la autoridad frente a ellos: el hecho de comportaros “como niños” y veros realmente fuera de vosotros mismos, hará que perdáis la autoridad.
- Enviáis mensajes contradictorios: si le decís que no debe discutir o pelearse con ese amigo del colegio, pero después os observa a vosotros así en casa, no le estáis mostrando un mensaje coherente.
- Hacéis que se aproveche de vuestras diferencias: si vuestro hijo tiene opciones, escogerá la que más le convenga para no tener que respetar los límites que le imponéis.
Podéis buscar un momento en que estéis solos para discutir, pero ¡ojo! Discutir no significa pelear ni gritar. Podéis discutir hablando como personas adultas que sois, compartiendo lo que pensáis y buscando cuáles pueden ser las posibles soluciones para lograr un bien común.
Entre la espada y la pared
La terrible pregunta de ¿a quién quieres más a papá o a mamá? es algo muy dañina para vuestros hijos. Ellos no tendrían porqué posicionarse nunca a favor o en contra de alguno de vosotros. Es más, este es uno de los motivos por los que perdéis autoridad frente a ellos, aunque no queráis verlo así.
Nunca debéis hacer que vuestro hijo se sienta como si estuviese entre dos equipos y tuviese que posicionarse a favor de uno o de otro. Esto no es beneficioso para vuestros hijos, ya que lograréis que dejen de respetaros y que en vez de veros como adultos os vean como niños de su edad.
Además, si hacéis que vuestro hijo elija, les estáis enseñando una forma de ver el mundo en el que siempre habrá alguien que sea el preferido y eso lo transportará a sus relaciones con amigos o hermanos. Esto no es bueno para su formación y su educación. Estáis educando a personitas que lidiarán con el mundo el día de mañana. Hacedlo bien.
Como padres estamos formando a personas que luego vivirán en el mundo, así que hacedlo bien
Pensadlo muy bien cada vez que discutáis delante de vuestros hijos, porque en vez de hacerles un bien les estáis haciendo un mal muy grande. Ellos no se merecen esto. Sufren. Son las personas que se relacionarán y que vivirán en el mundo de la manera en que vosotros los eduquéis. Hacedlo bien, no discutáis delante de ellos.
Te invitamos a visitar:
Cuando llegan los hijos al matrimonio
Regalos emocionales para tus hijos