Deja de buscar razones para ser infeliz
¿Te has tomado un momento para observar cómo funciona tu mente en relación a lo que te rodea? Sí, la pregunta puede ser demasiado amplia, así que vamos a hacerla un poco más específica: ¿Dónde enfocas más tu atención en aquello que te falta o en aquello que tienes? O bien, ¿Qué tanto tiempo de tu vida dedicas a pensar en tus problemas, sin ni siquiera encontrarle una solución?
El punto al cual queremos llegar, es que vale la pena que hagamos una revisión personal asociada a la perspectiva de nuestros pensamientos, que tiene sentido que nos enfoquemos nuestra vida de una manera favorable y que dejemos de buscarnos razones para ser infeliz.
Razones para ser infeliz, para estar tristes, para estar molestos, para estar ansiosos, para estar preocupados, todos las tenemos, de hecho en caso de que nos costara ubicarlas, bastaría con prender el noticiero, ver a las personas pasando hambres, leer acerca de personas enfermas, gente que invierte seis horas diarias para encontrar agua, en fin… de que podríamos encontrar motivos para decaernos podríamos.
Pero, ¿por qué más bien no decidimos ser felices a pesar de… o con todo y…? ¿por qué no esquivamos los obstáculos que nosotros mismos nos hemos puesto para sentirnos bien y en conexión con nosotros mismos a fines de ver el lado positivo de la vida?
Todo tiene una lección, todo tiene algo rescatable, todo tiene algo positivo en su contenido, está en nosotros reconfigurarnos para enfocarnos en lo que resulta de provecho, en lo que nos da bienestar, en lo que nos puede hacer sonreír. Eso evitara ser infeliz por las circunstancias adversas.
La vida está llena de milagros, desde nuestra concepción, hasta la eternidad (o hasta la muerte en el peor escenario), pero nos hemos acostumbrado a no considerarlos, a no darle importancia, a ser infeliz, a dejar que cualquier cosa negativa se robe nuestra atención y nos imposibilite celebrar todas las bendiciones que se encuentran inclusive en el mismo contexto.
Acostumbrémonos a darle valor a lo que nos llena de vida, a dejar de lado los miedos, las cosas del pasado que nos hicieron daño, las personas que nos lastiman, el trabajo que no nos gusta, esos hábitos que nos hacen daño. Todo es cuestión de decisiones, pero sin duda la más importante de todas es mirar la vida desde el optimismo, desde el agradecimiento, desde la esperanza, desde el amor y la compasión.
Todo comienza por un pensamiento, cada vez que te des cuenta de que estás pensando en algo (es un proceso tan automático que no lo concientizamos), determina lo que ese pensamiento te hace sentir, si es positivo, dale fuerza, si es negativo, sin rechazarlo o negarlo, suéltalo despacio, déjalo ir como si de un globo de helio se tratara, imagínalo desprendiéndose de tu mano y elevándose en el cielo, haciéndose cada vez más pequeño. Cuando tengas más práctica no te tomará mucho tiempo soltar un pensamiento y centrarte en uno positivo. Pero para comenzar trata de alejar los pensamientos negativos de ti y a partir de allí comenzarás a ver los cambios en tu vida.
Ya yo no arreglo mis “problemas”, arreglo mis pensamientos y los “problemas” se arreglan solos.
A fin de cuentas siempre podremos encontrar un motivo para estar molestos, tristes, deprimidos, celosos, inseguros… en fin, ser infeliz, pero seguro que abrir los ojos ante todas las bendiciones que conforman nuestras vidas, será mucho más rentable.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet