La ansiedad tiene cura
Los que han sufrido en cualquier momento de sus vidas trastornos de ansiedad, pueden estar divididos en dos grupos, los que creen que la ansiedad puede dejar de manifestarse en sus vidas y los que por el contrario la sienten como un visitante, que aunque no sea residente permanente, puede venir e instalarse en cualquier momento.
La ansiedad es un proceso complejo e individual y su manejo dependerá de cada quien. Todas las personas que han sufrido un trastorno de ansiedad podrán reconocer un punto en el cual estuvieron desbordados de un cansancio físico, mental o emocional y normalmente de querer mantener el control, terminaron perdiéndolo completamente.
La preocupación no elimina el dolor del mañana, sino que elimina la fuerza del hoy. Corrie ten Boom.
Pero el hecho de haber perdido el control en algún momento e inclusive parte importante de la vida, no se convierte en una sentencia que declare que la ansiedad tiene que ser parte de la vida de quien la haya conocido.
Quienes sufren de trastornos de ansiedad normalmente pasan por varias etapas, presencia de síntomas, identificación de lo que está ocurriendo, negación, necesidad de controlar la situación, búsqueda de ayuda, en muchos casos profesional, asistencia a terapia, medicación, cambio de hábitos y en algunos casos, los que dejan de padecerla, son los que llegan a aceptarla.
¿Qué significa llegar a aceptar la ansiedad?, no significa rendirse ante ella y hacerle un espacio permanente justo al lado, significa dejar de resistirse ante su presencia, no darle más importancia de la que merece, no verla como una amenaza, sino como una mensajera, como la invitación a generar cambios, que para nada serán dejan de vivir la vida de forma placentera, dejar de salir de casa, dejar de interactuar con personas, dejar de (lista interminable de cosas que se evitan por relacionarlas con la presencia de la ansiedad).
Por el contrario, la ansiedad toca la puerta para hacer notar que algo en la vida de quien está visitando está fuera de orden y no por la ansiedad, ella es una consecuencia, no una causa, ella es un llamado de atención, que normalmente aparece cuando en nosotros se quiebra y nos invita a atendernos a nosotros mismos.
Las terapias pueden ayudar, inclusive un medicamento puede ser una solución para disminuir la sensibilidad ante la presencia de la ansiedad, pero de ninguna manera puede ser considerado cambiar lo que se cree un problema, por algo que sin discusión sí lo es, como lo es el hacerse adicto a un medicamento que adormezca unos síntomas, pero que en lo absoluto ataque la raíz del problema.
Si la ansiedad está presente es porque es necesaria para llamar la atención y el cómo abordarla es lo que determina si permanece o desaparece para siempre. La solución eficaz para que desaparezca es enamorarse de la vida, entender que ella es un milagro, que no vale la pena vivirla a través del miedo o intentando controlarla. Todo es transitorio, hay cosas que nos gustarán como otras que tendremos que aceptar.
El sentirnos solos, el sentir que no lo hemos hecho bien, el sentir que las cosas se desvían de lo que se quiere es parte de la vida, pero no debemos encasillarnos en roles de víctimas, no debemos someternos a miedos que nos limiten, debemos aprovechar cada minuto de este regalo y qué mejor manera de estar en el aquí y en el ahora, donde las cosas normalmente están bien.
No importa lo que ocurra, recuerda que el plan de tu alma es perfecto, nada que no esté acordado te pasará, así que si sufres algún trastorno de ansiedad, puedes DECIDIR soltarlo y aceptar que todo está perfecto, tal y como está. Fluye y confía en el proceso de la vida y usa tus miedos como motores y no como cárceles.
Cada mañana tiene dos asas, podemos tomar el día por el asa de la ansiedad o por el asa de la fe. Henry Ward Beecher.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet