Ve con cuidado al confiar en las manos que anteriormente te soltaron
No podemos hacer una generalización, pero cuando repetimos amores, los resultados tienden a ser muy parecidos y normalmente aquellas cosas de fondo que lograron que nos separáramos, siguen allí, presentes en cada uno. Quizás se escondan bajo promesas de cambio, quizás se puedan disimular por más tiempo, pero lo esencial siempre está allí, todo lo que nos define nos acompaña por tiempo indefinido, por eso debes tener cuidado.
Evidentemente los cambios existen, se dan en cada uno y a diario, podemos mejorar, podemos adoptar características que puedan ser vistas como menos favorables, nuestros intereses pueden modificarse, pero nuestra esencia permanece. Si es aquí donde se ubicaban las causas de las diferencias con alguien que se presenta nuevamente en nuestras vidas, pues se verán las caras las caras nuevamente y más temprano que tarde generarán efectos indeseados en el vínculo.
Más allá de una vuelta al pasado a través de alguien más, debemos revisar en nosotros mismos qué podríamos haber dejado pendiente con esa persona, con la que nos vemos tentados a reconsiderar recorrer nuevamente trayectos juntos. Muchas veces nos damos cuenta, sin necesidad de relacionarnos nuevamente, que tenemos heridas que no han sanado y con solo la intención de perdonar por ejemplo, nos podemos ahorrar todo lo que representa una segunda vuelta.
Evidentemente siempre habrá casos que son una demostración de que hay personas que han venido a estar la una con la otra, independientemente de lo que hayan hecho, de las vueltas que hayan dado, de las idas y venidas… Y quizás no sea la segunda, ni la tercera y realmente no importa, porque en estos nexos, que parecen más de alma que de otra cosa, el estar juntos físicamente no resulta determinante, cada uno vive en el otro, aunque nunca más coincidan.
Ten cuidado con las palabras que pronuncias, puede tener un impacto para bien o para mal en la vida de alguien…
Lo cierto es que quien quiere experimentar una segunda oportunidad con alguien, tiene todo el derecho, pero sería oportuno no esperar algo muy diferente a lo que ocurrió la primera vez, así que se debes tener cuidado. Si estamos bien con esta premisa, pues adelante, que lo que en principio sería el peor escenario, ya lo habríamos vivido.
De cualquier manera, a lo largo del tiempo muchos entendemos que una relación tiene muchos elementos, pero uno de los principales es querer querer. Cuando aprendemos que guiamos nuestros sentimientos a través de elecciones y decisiones, podemos crear las relaciones que queremos un poco más conscientes y quizás canalizarlas por donde nos gustaría que fueran y esto se aplica y se vive aún mejor, cuando lo que nosotros queremos coincide con lo que la otra persona quiere.
Ten cuidado en confiar en las personas, no todas quiero un bien para ti…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet