¿Me quiere o no me quiere?
Cuántas veces hemos pensado que una persona nos quería, pero realmente no era así. Esto suele suceder cuando confundimos las señales que nos envían porque estamos cegados por lo que nosotros sentimos. Hoy es el momento de abrir los ojos y de saber si, realmente, esa persona que consideramos especial nos quiere o no nos quiere.
Me siento como si estuviera esperando algo que no va a suceder
Un amor inexistente
Es normal confundir ciertas señales cuando una persona es la que ocupa todas nuestras miradas. El problema es cuando, realmente, no somos correspondidos porque, inevitablemente, sufrimos. Por eso es importante no extender esta situación más del tiempo necesario.
¿Cómo podemos identificar todo esto? Aquí te dejamos algunas cosas ante las cuales debemos abrir los ojos.
El amor no se mendiga
Si tienes que mendigar atención, si sientes que cada vez que quieres que te brinde un poco de tiempo crees que le estás mendigando, no te quiere. El amor nunca se mendiga, hay mucha gente que está dispuesto a dártelo. No debes humillarte hasta este punto. Si no te quiere, haz tus maletas y vete.
Nunca tiene tiempo para ti
¿Cuántas veces pospone las citas a las que se ha comprometido contigo? ¿A qué le da prioridad? Si nunca tiene tiempo para ti, es que no le interesas y no te quiere. Así que deja de hacerte falsas ilusiones porque, aunque no lo quieras creer, te mereces algo mejor.
No tiene detalles contigo
Los detalles que una persona puede tener contigo no son solo materiales, sino también con una simple palabra ya se puede mostrar el interés que pueda tener en ti. Si no se preocupa por cómo te ha ido el día y no te dedica un sencillo “buenas noches” no te quiere.
No se pone en contacto contigo
Si siempre te pones tú en contacto con esa persona, porque de ella no sale ponerse en contacto contigo, es que en realidad no le interesas nada de nada. Ni siquiera piensa en ti, no te tiene en su mente y, por lo tanto, no siente la necesidad de hablar contigo.
No te hace sentir especial
Una persona debe hacerte sentir especial, pero por encima de todo seguro. Por eso, cuando una persona no te hace sentir especial, las dudas afloran y la inseguridad hace acto de presencia. Ante esto, haz las maletas y vete, te mereces algo mejor.
No te cuenta nada demasiado personal
Cuídate de toda persona que tú consideras especial, pero que no te cuenta nada personal. Esto solo significa que quiere una relación muy superficial contigo, sin ahondar demasiado en temas más profundos. Si vuestras conversaciones son banales y cuando intentas profundizar desvía el tema, claramente, no te quiere.
No recuerda cosas que le has dicho acerca de ti
Cuando le interesas a alguien, esa persona graba en su mente todo aquello que tú le cuentas sobre cómo eres, tus sueños, tus intereses, etcétera. Es por eso por lo que si no recuerda nada que le hayas dicho acerca de ti, es que no le interesas nada de nada.
En las cosas importantes, no estás presente
Si quieres que alguien esté en tu vida, la quieres para lo bueno, para lo malo, para lo importante… Si esa persona que tú quieres no cuenta contigo para aquellas cosas importantes que ocurren en su vida, no le interesas y no te quiere.
No eres tú mismo a su lado
Jamás de los jamases puedes permitir no ser tú mismo cuando estás con alguien. Por eso, si esto sucede, es el momento de echar a volar. Cuando tú no eres tú mismo, algo malo está pasando y es el momento de cambiar. Dolerá, sufrirás, pero será necesario.
Te necesito, ¿me necesitas?
Cuando te necesita para algo tú siempre estás ahí, pero ¿qué ocurre cuando es al revés? Esto es algo importante, porque una persona que te quiere sabes que siempre estará ahí para ti. Si nunca está cuando lo necesitas, es el momento de marchar.
Si una persona no te demuestra con hechos lo que dice, no es necesario escuchar sus palabras
¿Has confundido alguna vez las señales de una persona? ¿Cuál fue el resultado? Es importante que abramos los ojos y no creamos cosas que en realidad no están sucediendo. No ponerle fin a una situación así nos causará mucha ansiedad e infelicidad prolongada. Es el momento de echar a volar.